Ciudad de México, 1 de enero de 2016. Los mexicanos tienen una concepción negativa de los adultos mayores, principalmente los jóvenes. Casi 85 por ciento de la población piensa en las palabras «anciano, viejo, canas, abuelo» para referirse a ese segmento de la población. La mitad piensa en experiencia, respeto o sabiduría, las cuales representan percepciones positivas.
Además, las personas en general consideran que se deja de ser joven a los 50 años y se empieza a envejecer a los 67.2, lo que contrasta con la ley, que considera adultos mayores a quienes tienen más de 60 años. Así lo reveló la encuesta Los mexicanos vistos por sí mismos, financiada y editada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
También advierte que la mayoría de individuos mayores de 60 años se encuentra en el estado de México, Distrito Federal, Veracruz, Jalisco y Puebla, por lo que los planes de gobierno deben considerar este aspecto para el diseño de programas públicos dirigidos a ese sector.
Los datos son relevantes, dado el acelerado proceso de envejecimiento que se registra en el país y las necesidades crecientes de servicios e infraestructura específica para ese sector de la sociedad.
El libro Realidades y expectativas frente a la nueva vejez, que forma parte de la encuesta, se realizó bajo la coordinación de Luis Miguel Gutiérrez y Liliana Giraldo, director e investigadora del Instituto Nacional de Geriatría (Inger), respectivamente. Uno de los capítulos se refiere a las percepciones de los mexicanos sobre las personas adultas mayores.
Ahí, la investigadora del Inger Marcela Agudelo refiere las previsiones del Consejo Nacional de Población, según las cuales la esperanza de vida en 2015 es de 74.95 años, para 2030 será de 76.97, y en 2050, 20 por ciento de la población tendrá más de 60 años, lo que tendrá repercusiones en la manera de concebir, entender y valorar a los adultos mayores.
Advierte que tener una percepción positiva de ellos es condición para que se les proporcione el trato, apoyo y cuidado, que tengan un lugar privilegiado en la escala de valoración social. En cambio, una visión negativa como la que ahora prevalece en la sociedad contribuye a reforzar las condiciones de vulnerabilidad, precariedad y pobreza en las que viven muchos de ellos.
Incluso plantea que los señalamientos negativos hacia los adultos mayores generan exclusión en los distintos ámbitos de la vida, como el trabajo, la familia, la salud y la educación, entre otros, y por lo tanto favorecen la dependencia social, incluso de aquellos que se pueden valer por sí mismos, que en México son la mayoría de los individuos de más de 60 años.
Dice que vincular a la vejez con palabras como «arrugas, invalidez, canas, pérdida de movilidad y muerte» tampoco ayuda a tener una valoración positiva, y en cambio contribuye con estereotipos que propician discriminación, y en algunos casos, violencia, hacia los adultos mayores.
Por eso llaman la atención las respuestas que dieron los encuestados y en particular que el 90 por ciento de quienes tienen de 18 a 29 años, así como la totalidad de quienes tienen estudios universitarios y de posgrado, asocien a ese sector con palabras como anciano, canas y abuelo.
Fuente: Vanguardia