Buenos Aires (Argentina), 24 de agosto de 2015. Lía Daichman, representante oficial de los 17 Centros Internacionales de Longevidad (ILC) ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), junto a la directora nacional de Políticas para Adultos Mayores, del Ministerio de Desarrollo Social (DINAPAM) de Argentina, Mónica Roqué, y a la vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG), Margarita Murgieri han presentado la Carta sobre Género y Envejecimiento «Equidad de Género en un Mundo que Envejece«, adoptada en el 2º Foro Internacional sobre Longevidad celebrado en Río de Janeiro los días 16 y 17 octubre de 2014.
Los desafíos para la equidad de género frente al fenómeno del envejecimiento de las sociedades fueron tratados por distintos especialistas, quienes manifestaron la importancia de replantear los roles impuestos culturalmente a los hombres y las mujeres, eliminar la discriminación, fortalecer las acciones en el ámbito de la salud, la educación, en la seguridad y la participación de las personas mayores.
«Las mujeres mayores de hoy son producto del lugar que tuvieron a lo largo del ciclo de la vida. El lugar que la mujer tuvo en la historia, en la sociedad, siempre fue diferente del varón. Ellas se ocupaban de miles de cosas, eran amas de casa, cuidadoras familiares, a la vez trabajaban afuera y muchas veces en negro y/o cobraban menos que un hombre. No estuvieron en una posición lineal con ellos«, dado el modelo patriarcal, según destacó la presidenta del Centro Internacional de Longevidad-ILC de Argentina, Lía Daichman. Asimismo señaló que «el acceso de las mujeres a la educación fue mucho menor que los hombres«.
La profesional manifestó que «a pesar que las mujeres viven más, esos años no siempre son tan buenos«.
«Su situación económica comparada con la de los varones es menor«, indicó. Y respecto a la salud, destacó que «pese a que las mujeres toman más conciencia de las enfermedades, tiene menos tiempo para su cuidado«.
En la agenda
El documento, elaborado por un grupo de profesionales de distintos países del cual Daichman y Roqué formaron parte, fue adoptado en el 2º Foro Internacional sobre Longevidad, una iniciativa del ILC de Brasil.
Roqué indicó que el porcentaje de mujeres es superior al de los varones «en casi todo el mundo y se sigue incrementando porque nosotras vivimos más tiempo».
«En Argentina la esperanza de vida de las mujeres es de 80 años, mientras que la de los varones es de 73«, detalló.
En este marco manifestó «hay que hacer una reflexión sobre la diversidad» sexual.
Y afirmó que «las organizaciones internacionales que promovieron este documento están a la vanguardia» dado que se «genera un impacto en diferentes países porque se pone en agenda» este tema.
Por su parte, Daichman destacó que la Carta sobre Género y Envejecimiento «sienta bases» y remarcó que «está firmado por varios países, es multinacional, multicultural».
Nuevo paradigma
En el documento se manifestó que «el impacto» de las construcciones sociales de género «se sienten en todas las etapas de la vida» y que estos «modelos rígidos imponen una pesada carga sobre los individuos y dan como resultado importantes consecuencias progresivas en la salud y bienestar y una enorme subutilización de los recursos de la sociedad«.
En este marco se advirtió que «la revolución de la longevidad necesita de una evolución de un nuevo paradigma, uno que incluya un nuevo contrato social entre los hombres y las mujeres, basado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos e incorpore los principios de igualdad, dignidad y responsabilidad«.
Entre los desafíos se indicó la necesidad «de cambios fundamentales en la forma en que vivimos, trabajamos, nos retiramos, aprendemos y brindamos cuidados«.
«Las potencialidades en cada etapa del curso de la vida deben ser aceptadas como un tema de derechos humanos para poder lograr una amplia participación y contribución de todas las personas y construir una sociedad cohesionada«, se remarcó.
La Carta aborda los temas de salud, aprendizaje durante toda la vida, participación y seguridad.
«Cuando la igualdad de género sea verdaderamente aceptada, las habilidades, experiencias y recursos de mujeres y hombres de todas las edades serán reconocidos como activos intrínsecos para una sociedad completamente cohesionada, plena, productiva y sostenible«, se concluyó.
Fuente: Diario Popular