¿Estamos preparados para enfrentar el envejecimiento poblacional?

Santiago de Chile, 24 de diciembre de 2015. Por Rodolfo Elgueta, Director Regional de Servicio Regional del Adulto Mayor-Senama . Para nadie es un misterio de que nuestra sociedad chilena está envejeciendo, lo cual insisto no es algo malo de por sí,  ya que estaríamos impregnando a nuestros adultos mayores una carga social negativa que, por cierto, no merecen bajo ningún punto de vista.

Este fenómeno demográfico dejó de ser una sensación social sino que es una realidad avalada de manera seria y estadística gracias a instrumentos como la Encuesta Casen 2013 y hoy una nueva encuesta desarrollada por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y el Servicio Nacional del Adulto Mayor-SENAMA; se trata de la cuarta Encuesta de Inclusión y Exclusión Social del Adultos Mayor, que entrega un diagnóstico representativo de la realidad nacional, mostrando opiniones, expectativas y evaluaciones de la población acerca de las condiciones que favorecen o entorpecen la inclusión social de las personas mayores.

Dentro de los resultados de esta encuesta destaca que existe una percepción de que la preparación del país para enfrentar el envejecimiento es insuficiente; un 75,8% de los encuestados cree que nuestra sociedad está “poco” o “nada” preparada para enfrentar este proceso demográfico.

Sus objetivos son fomentar la discusión pública, promover la generación de políticas públicas dirigidas a este grupo etario, preparar a la sociedad para enfrentar el envejecimiento poblacional y el proceso de envejecimiento personal, apoyar estudios comparativos y proporcionar evidencias para investigadores y profesionales del campo de la gerontología en particular y de las ciencias sociales en general; esto se puede deber a que actualmente existe una aumento en las expectativas ciudadanas que se contraponen a un contexto donde persiste la desigualdad; ejemplo de expectativas ciudadanas no satisfechas son el derecho a una pensión digna, a la salud o apoyo para los cuidados de las personas mayores dependientes, en el seno de las familias.

Otro dato interesante que arroja la encuesta es que el 54% de los consultados señala que están a favor del pago de un impuesto específico para apoyar el bienestar de los mayores. Si bien es cierto la cifra ha disminuido en comparación a mediciones anteriores, también lo es que aún más de la mitad de las personas están a favor de una medida de esta naturaleza, probablemente porque existe un incremento en la conciencia colectiva de que estamos enfrentados a un fenómeno complejo que puede pasar de un desafío a un problema si no se toman medidas integrales tanto desde el Estado como desde otros actores de la sociedad.

Uno de esos actores fundamentales para la mejora de la calidad de vida de los adultos mayores es precisamente la familia, y en este contexto la encuesta evidencia un incremento de unos 19,2 puntos porcentuales la proporción de personas que opina que el bienestar de los mayores es responsabilidad de las familias y baja el porcentaje de quienes piensan que esa responsabilidad recae principalmente en las políticas públicas (38,3%). Esto confirma que por un lado tenemos un incremento en la participación de las familias en el proceso. Sin embargo, baja el sentido protector del Estado en esta materia.

Estas cifras abren el debate respecto a si estamos realmente preparados como sociedad para enfrentar el proceso de envejecimiento. Dados estos resultados, se hace imperativo reforzar la responsabilidad que tienen las personas mayores, como sujetos activos, en empoderarse de su creciente influencia política, económica, social y cultural. Por otro lado, el Estado debe diseñar y ejecutar políticas públicas que refuercen la inclusión social de los adultos mayores, reconociendo y relevando sus aportes.

Una sociedad inclusiva y para todas las edades debe considerar a las personas mayores como sujetos de derecho,  respetar y estimular sus actividades, anhelos y potencialidades; de este modo el proceso de envejecimiento sigue siendo un bonito y urgente desafío del cual todos somos parte.

Fuente: El Divisadero

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