México DF, 9 de marzo de 2016. El porcentaje de jefas de familia aumenta con la edad, pues mujeres de 65 años o más dirigen el 60 por ciento de los hogares cuando la jefatura de familia recae en adultos mayores.
De acuerdo con el estudio “Pobreza y Género en México” difundido por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) con motivo del Día Internacional de la Mujer, los hogares encabezados por mujeres son más vulnerables ante las carencias.
El estudio del CONEVAL plantea que en los años 2010, 2012 y 2014 cerca de la mitad de los hogares dirigidos por mujeres mostraba estructuras ampliadas y ese tipo de hogar es algo más frecuente en aquellos hogares en situación de pobreza con jefatura femenina. Ese tipo de hogares tiende a contar con un número elevado de integrantes, lo que se traduce en mayores necesidades de todo tipo.
Además los hogares dirigidos por mujeres y en situación de pobreza muestran una relación demográfica más desfavorable en el sentido de que cuentan, por lo general, con más integrantes dependientes que proveedores potenciales, se señala en el estudio que retoma datos de 2010 a 2014.
Indica que dos terceras partes de los ingresos de los hogares provienen de varones independientemente de que estén en condiciones de pobreza o no y aunque la mujer aporte más dinero al hogar, no se le reconoce como jefa de familia.
También destaca el estudio que hay desigualdad en el trabajo, pues en promedio por cada 100 pesos que gane un hombre con licenciatura, una mujer con los mismos estudios sólo ganará 90 pesos. En tanto entre las personas con únicamente educación básica la proporción de ingreso entre hombres y mujeres es de 100 pesos por 80.
Sin embargo hay más mujeres en pobreza que hombres que reciben apoyo de programas sociales: “El número de mujeres entre 15 y 64 años de edad en situación de pobreza es más del triple que el número de hombres pobres”.
Las jefas del hogar también tienen un rezago educativo mayor que el de los jefes de familia, lo que es más notorio entre las mujeres de 45 años en adelante.
El CONEVAL también detalla que de 2010 a 2014 hubo casi 110 mujeres por cada 100 varones afiliados a algún sistema de salud público, aunque la mayoría está afiliada indirectamente, es decir a partir de su relación con otras personas o de su adscripción a programas sociales.
El estudio revela que por cada 100 hombres afiliados indirectamente hay poco más de 150 mujeres. En contraste, por cada 100 hombres con acceso directo a servicios de salud –esto es, por razones laborales o contratación propia– hay cerca de 60 mujeres.
Finalmente el estudio indica que en las etapas avanzadas de la vida son menos mujeres que hombres las que han cotizado en alguna institución de seguridad social y, por tanto, no contarán –al menos no de manera directa– con una pensión ni con los servicios de salud asociados a la seguridad social.
Fuente: OMNIA