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Quito (Ecuador), 15 de junio de 2013.  La Constitución del Ecuador reconoce a las personas adultas mayores como un grupo de atención prioritaria, mientras que la de 1998 las colocaba dentro de los grupos vulnerables. Esto contrasta con los numerosos casos de maltrato y abuso que sufren a diario los mayores en Ecuador, en forma de indiferencia, falta de respeto, desprecio, rechazo o violencia…

El Ministerio de Inclusión Económica y Social-MIES, con su Agenda de igualdad para Adultos Mayores 2012-2013, contempla profundizar en la protección especial para prevenir la explotación, la violencia, la mendicidad, la trata o el abandono de los adultos mayores y las restitución de los derechos a las víctimas de esas prácticas. El daño puede ser psicológico, económico, físico y hasta sexual, mientras que quienes provocan estos daños pueden ser familiares, personas que trabajan  para el mayor o conocidos de su vecindario.

En cuanto a los factores que influyen en el maltrato, la Organización Mundial de la Salud-OMS reporta que son múltiples, como la cohabitación, la dependencia financiera del autor de violencia, el aislamiento social de las personas encargadas de los cuidados al mayor o las disputas por herencias. También está el tema de la ruptura de los vínculos intergeneracionales.

De acuerdo al último censo del Instituto Nacional de Estadística y Censos-INEC, los adultos mayores representan el 6,5 % del total de la población de Ecuador. En relación al abuso y maltrato, la Encuesta Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento SABE I Ecuador 2009-2010 evidenció cifras preocupantes, pues “la proporción de adultos mayores que reportan que han sufrido de abuso es de 3% en el caso de violencia sexual y 16,4% en violencia psicológica”. El 7,2% de los encuestados dijo  que fue amenazado de daño físico, el 14,7% insultado y el 14,9% declaró que no le dan dinero, alimentos, medicamentos o tiempo. También hay que considerar los casos no declarados por temor o por concepción del maltrato, que por los daños psicológicos serían difíciles de evaluar.

El maltrato a los mayores representa una violación a sus derechos básicos. En Ecuador va en contra de la Constitución que dispone en su Artículo 11.2. que “nadie podrá ser discriminado por razones de edad” y que “las personas adultas mayores recibirán atención prioritaria y especializada en los ámbitos público y privado, en especial en los campos de inclusión social y económica, y protección contra la violencia” (Art. 36). Asimismo, precisa que la ley sancionará toda forma de discriminación, si bien es prioritario visibilizar y hacer público el asunto.

En las instituciones el maltrato implica el recurso a la obligación física, el irrespeto de su dignidad y de su libertad de elegir, la falta intencional de cuidados, el abuso o la falta de tratamientos medicamentosos, así como la negligencia y la violencia morales, según explica la OMS.

En cualquier situación se perjudica el bienestar de las personas adultas mayores, que se enfrentan al doble inconveniente de ser cada vez más dependientes de los demás y cada vez menos aptos a defenderse. Incluso varios se sienten en deuda con los que lo cuidan y minimizan toda forma de protesta.

A nivel mundial un 6% de los adultos mayores han sufrido alguna forma de abuso y maltrato Por los excesos que afectan a la población de mayores de cada país, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó a los gobiernos para que formulen y apliquen estrategias de prevención más eficaces, así como leyes y políticas más rigurosas, a fin de atender todos los aspectos del maltrato a los mayores en el ámbito del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez.

Fuente: El Telégrafo

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