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La Paz (Bolivia), 15 de junio de 2013. Alrededor de 700 mil personas adultas mayores, pese a alcanzar la vejez, deben seguir trabajando, ya sea como independientes o asalariados; además, persiste la orientación financiera y “neoliberal” del actual sistema de pensiones, afirmó el investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Bruno Rojas.

El 56% de los hombres y cerca del 30% de las mujeres del área urbana siguen trabajando después de los 60 años. Siete de cada diez trabajan en actividades por su cuenta, en comercio y servicios, y el resto todavía presta servicios como asalariado. “La mayoría de éstos permanece en su puesto de trabajo esperando un mejor momento para jubilarse”, explicó.

Sin embargo, remarcó, las condiciones laborales son precarias. Por ejemplo, en el comercio trabajan entre 8 y 12 horas al día, en espacios abiertos en la calle, arriesgándose, sin protección, a tener problemas de salud.

Silvia Escóbar, experta del CEDLA, dijo que también hay adultos mayores que trabajan en actividades manufactureras, pero a la vez son productores y vendedores de su producto. “Los encontramos en las ‘mañaneras’, en los mercados, trabajando en condiciones que ya no corresponden a su edad”, explicó.

Las personas de 60 años y más, e incluso aquella población considerada en edades de transición a la vejez, entre 45 a 59 años, así como sus condiciones en el mercado laboral, son objeto de estudio para “identificar las nuevas tensiones que se derivan del avance de la desprotección social en el país, en un futuro próximo”, señala el trabajo de investigación elaborado por el CEDLA y Help Age Internacional, que fue presentado por Escóbar.

Rojas afirmó que la abrogada Ley de Pensiones de 1997 instituyó el Seguro Social Obligatorio, basado en la administración privada de las pensiones y también cambios que hicieron que el peso mayor del aporte para la jubilación y de otras prestaciones sociales, como la pensión de invalidez por riesgo común, recayera, fundamentalmente, sobre el trabajador.

Esto hizo que se deba contribuir más años (de 30 a 35) para la vejez, si se pretendía acceder a una renta digna. “La idea de una pensión digna se esfumó porque el Estado ya no aporta y los empresarios tienen una menor participación en el aporte al sistema”, afirmó.

Pocos contribuyen

El 12% del total de la Población Económicamente Activa (PEA) aporta para su jubilación. En la PEA urbana este porcentaje sube al 22%, y en la PEA asalariada–urbana a 36%. En 2010, y a 15 años de la reforma del sistema de pensiones, la PEA independiente apenas llegó al 4,5% de los afiliados, según el CEDLA.

El hecho de que las nuevas generaciones estén empezando tarde a trabajar, advierte Escóbar, es otro de los fenómenos que se debe tomar en cuenta. Por ejemplo, los individuos entre 15 y 25 años no logran encontrar una ocupación y mucho menos que la fuente de ingresos tenga estabilidad. Otra de las características de este grupo es que el 6% vive solo y el 94% vive en pareja o en familia y que en los hogares de adultos mayores la cantidad de integrantes es mayor. De este modo, subraya Escóbar, el adulto mayor está jugando un papel “directamente de soporte a todo el sistema económico, lo que debería ser considerado al momento de concebir los sistemas de seguridad social”.

Las propuestas

Disposición. La Ley de Pensiones 065 establece una rentabilidad mínima de 3%.

Origen. Históricamente, la rentabilidad del sistema de pensiones fue del 8% y 11%. En enero de 2012, la rentabilidad disminuyó a 7,32%. A marzo de 2013, bajó a 4,1%. La de la AFP Previsión a 3,55%.

Renta. Si baja la rentabilidad del sistema, el tiempo de aportes puede ser mayor: más de 40 años. Las AFP traspasarán a la futura Gestora la cartera que actualmente administra; a fines de 2012, ascendía a 6.369 millones de dólares.

Cantidad. A febrero de 2013, se jubilaron 20.452 trabajadores con pensión solidaria. En marzo de 2010, los afiliados al Seguro Social Obligatorio con alrededor de 58 años eran 168.540.

Empleo. En 2011, 86 de cada 100 ocupados tenían empleos precarios, 92 de 100 obreros contaban con empleos precarios y 65 trabajaban en el sector informal.

Aportes. En 2011, el 78% de los ocupados del eje central urbano y El Alto no aportaba a las AFP. La mayor parte era de los sectores semiempresarial y familiar. A diciembre de 2011, estaban afiliadas 1.460.000 personas. Alrededor del 45% aportaba regularmente y sólo el 38% de los trabajadores asalariados cotizaba a las AFP.

Ocupados. Cerca de la mitad tarda más de seis meses en conseguir una fuente de trabajo. Uno de cada tres asalariados gana menos del salario mínimo. El 60,4% de los asalariados gana menos de dos salarios mínimos. En el caso de las mujeres alcanza a 72,4%.

Propuestas. El CEDLA propone recuperar la dimensión social de la protección del adulto mayor. Recuperar la noción integral de la seguridad social, que comprende tanto las pensiones como la salud.

Fuente: FMBolivia

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