Ciudad de México, 1 de octubre de 2013. Ocho de cada diez adultos mayores mexicanos «presentan algún tipo de vulnerabilidad, ya sea en sus derechos sociales o en su ingreso», informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía-Inegi al difundir el panorama sobre la población mayor de 60 años.
Precisó que el 72 % de los mayores de 60 años «padece vulnerabilidad social, es decir, presenta por lo menos alguna de las siguientes carencias sociales: rezago educativo, no tiene acceso a los servicios de salud ni tampoco a la seguridad social, presenta deficiencias en la calidad y los espacios de la vivienda, así como en los servicios básicos en ella y carece de acceso a la alimentación». Una parte de este grupo adolece además de ingresos suficientes para adquirir bienes y servicios que satisfagan sus necesidades, por lo que son catalogados como en «situación de pobreza multidimensional», representando un 43 % de este grupo poblacional.
Por si fuera poco, también los hay que padecen «pobreza multidimensional extrema» y que equivalen a 10 % del total de adultos mayores en el país, ya que todos sus ingresos los destinan a la compra de alimentos y aún así no pueden adquirir lo necesario para una alimentación adecuada, ni mucho menos satisfacer necesidades de otro tipo, refiere el INEGI basado en información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social-Coneval.
Altas tasas de participación económica de los mayores
La tasa de participación económica de los adultos mayores es de 33,8 %, pero tres de cada cuatro trabajan en la informalidad y la mitad apenas percibe dos salarios mínimos, mientras que otro 16 % no percibe ingresos. Más de la mitad de los adultos mayores trabajan por su cuenta (51,8 %), sólo un 4,8 % son empleados y otro 8,5 % son empleadores.
«Las condiciones laborales de los adultos mayores que se ocupan de manera subordinada y remunerada (34,9 %) no son muy favorables, ya que la mitad (48,8 %) no reciben prestaciones», remarca el Inegi.
En la cuarta parte de los 28,2 millones de hogares que hay en el país vive al menos una persona de más de 60 años, y aunque predominan los casos donde son jefes de familia o cónyuges, también «es frecuente que vivan voluntariamente o no con alguno de sus hijos, como estrategia de supervivencia y bienestar, sobre todo en etapas más avanzadas de envejecimiento».
El 17,7 % de los adultos mayores habita en viviendas con hacinamiento mayor a 2,5 personas por cuarto, 3,4 % en lugares que carecen de piso, 1,8 % en casas con techos de cartón o desechos y 1,4 % con muros de láminas.
En los hogares donde al menos hay un adulto mayor el 30 % de los ingresos totales provienen de transferencias, de las cuales la mitad proceden de sus jubilaciones, pensiones e indemnizaciones por accidente de trabajo, así como retiro voluntario. Otro 12,3 % de los ingresos vienen de transferencias de otros hogares, 12,4 de donativos, 9,3 son beneficios de programas gubernamentales y 6,9 % de transferencias de instituciones públicas y privadas para ciertos sectores de la población.
Hasta el año pasado, según los resultados del Censo de Población, los mexicanos y mexicanas que tenían 60 años y más sumaban 10,9 millones, lo que equivale a 9,3 % de la población total y se prevé que en 2050 representen 21,5 por ciento.
Fuente: Vanguardia