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Montevideo (Uruguay), 8 de enero de 2013. El Programa de Apoyo Parcial es un proyecto piloto hacia una política de cuidados en Uruguay. Está dirigido a mejorar la vida de las familias en las que un adulto mayor cuida a una persona con una discapacidad en situación de dependencia moderada o severa. Se ofrecen 20 horas mensuales de cuidado, a usar en un máximo de 10 horas por semana, en semanas no consecutivas. El piloto se instrumentó en los departamentos de Montevideo, Paysandú y Cerro Largo. Sobre el significado político, los principales desafíos y logros del piloto lanzado en octubre de 2013, hablamos con las directoras de los institutos que lo dirigen: Mª José Bagnato, del Programa Nacional de Discapacidad-PRONADIS y Adriana Rovira, del Instituto Nacional del Adulto Mayor- INMAYORES.

-El programa piloto de apoyo parcial comenzó a funcionar en octubre de 2013 luego del llamado abierto, la selección y la capacitación a los asistentes personales encargados del cuidado. ¿Qué implica, en tanto política pública, la instalación de un servicio de este tipo?

Mª José Bagnato: -Yo creo que es una política innovadora que se instrumenta en Uruguay, si bien hay otros países que tienen políticas de apoyo, no son iguales. Aquí logramos conjugar dos poblaciones con alta vulnerabilidad, como son las personas adultas mayores y las personas con discapacidad en situación de dependencia severa, lo que ha sido una demanda de gente que no puede resolver sola situaciones vitales de todos los días.

Adriana Rovira: -El cuidado en domicilio presenta características innovadoras, con complejidades y con nuevas oportunidades. Por ejemplo al entrar en los domicilios poder detectar otras situaciones sociales y familiares que requieran también de orientación o apoyo. Por otra parte tiene que ver con el reconocimiento específico de un derecho. Que el Estado entre en el domicilio de las personas y no que las personas se tengan que dirigir hacia un organismo estatal, permite ganar en horizontalidad en esa dinámica. Mejora la calidad de una familia en relación al cuidado y no solo la de una persona específica que tiene una discapacidad, en este sentido el programa atiende a una dinámica en relación al cuidado con múltiples demandas. El potencial de este programa también se vincula con que no se trata de que la persona vaya a un lugar donde se la atienda de manera homogénea. Se comprende que el cuidado también es un bien que debería entrar en la dinámica de los servicios públicos; que el cuidado sea una prestación en la que el Estado oriente y preste servicios.

-¿Se puede plantear que este piloto inaugura una forma de acción desde el Estado por la cual se hace cargo de la función del cuidado?

Mª José Bagnato: -Yo diría que más que hacerse cargo acompaña, apoya. Y lo que es interesante es que la presencia del asistente en el domicilio puede ayudar a la familia a orientarse mejor en el cuidado. Se ha visto que hay determinadas técnicas o maniobras, cómo se baña a la persona o cómo se la asiste, que no son las mejores, y ahí vemos que le faltó una orientación a la familia. Por lo que no solo impacta cuando el asistente está cuidando, sino que deja una orientación para otros momentos, cambiando hábitos del cuidado o de la asistencia. Por eso es muy importante la capacitación de nivelación que nosotros hicimos en el autocuidado a los asistentes personales. La idea es cuidar a los tres: al asistente, a la persona con discapacidad en situación de dependencia y al adulto mayor que está cuidando.

-A su vez la entrada del MIDES en los hogares permite observar otras áreas de vulnerabilidad de las familias, como la posibilidad de aportar las Ayudas Técnicas a la discapacidad, ¿qué opinión les merece?

Mª José Bagnato: -En particular para PRONADIS es importante porque nosotros queremos cambiar el mecanismo de la ayudas técnicas, de hecho se va a crear el Centro Nacional de Ayudas Técnicas. Hasta hoy una persona que precisa una silla de ruedas la solicita y se la dan, pero sin duda en su casa necesita más cosas. Entonces el equipo valorador evalúa si precisa una silla para evacuar, un colchón antiescaras, barandas para el baño o silla para el sobre water, en definitiva nos permite llegar de una forma más completa a las necesidades concretas de las personas.

-¿Cómo se definió el perfil de población beneficiaria para el programa?

Mª José Bagnato: -En principio la definición es empezar por las personas que están en peores situaciones de dependencia, de salud, de soledad, no exclusivamente de situación económica. Sucede que el adulto mayor cuidador se va quedando solo y la persona con discapacidad depende exclusivamente de esa persona. Nosotros recurrimos a la base de datos que tiene el MIDES, a través del Programa de Cercanías, de las visitas de campo del MIDES, el ministerio está descentralizado y hay experiencia en territorio, sumándose ahora un programa más a esa estrategia.

-¿Se plantea un cambio en la vivencia del cuidador en cuanto a pensarse con derecho a recibir apoyo en el cuidado?

Adriana Rovira: -Lo que pasa es que un derecho se instala desde la lógica que un Estado tiene que prestar servicios para el resguardo de ese derecho. Se considera que el cuidado hasta el momento no ha sido visto como un derecho. Para brindarse como prestación pública tiene que ubicarse en un escenario subjetivo donde la persona diga “yo tengo derecho a eso”. El piloto contribuye a observar que allí hay una complejidad, no la va a resolver en su totalidad, pero señala el problema. Porque cuando se ofrece una prestación de este tipo hay que trabajar mucho con los usuarios para comprender la lógica del servicio, para que lo pidan, que llamen, que se apropien de cómo funciona.

-¿El programa se nutrió de la experiencia de otros países?

Mª José Bagnato: -En el Sistema de Cuidados para el tema de la discapacidad tomamos las formulaciones del Foro de Vida Independiente, un movimiento internacional organizado sobre todo por personas con discapacidad en situación de dependencia. A sus planteos le incorporamos lo que tiene que ver con la perspectiva de derechos, o sea, el principio de autonomía y autodeterminación, la vida independiente, que son postulados de las personas con discapacidad en situación de dependencia. Y en ese sentido los asistentes personales son una posibilidad para lograrlo.

-¿Qué tiempo de funcionamiento tendría el piloto y hacia qué tipo de servicio de cuidado proporcionados por el Estado sería deseable encaminarse?

Mª José Bagnato: -Como programa piloto se evaluará a partir de un año, es un programa muy innovador, que involucra mucha gestión de los asistentes personales y de los gestores. Pero por otro lado no puede ser un programa que resuelva todo lo que no está resuelto por otro lado; es un programa complementario de otras políticas. Si nos dejamos descansar para resolver las situaciones de la dependencia y del adulto mayor en este programa, estaríamos muy mal, porque estaríamos otra vez creyendo que es un problema simple que se resuelve con una sola acción. Me parece que es un programa muy bueno, que debe articularse con un diseño de políticas integral, en discapacidad y vejez.

Adriana Rovira: -Deberíamos ir hacia la ampliación de los modelos de servicios; no debería ser un esquema solo de cuidado en domicilio o de cuidado institucional, sino de otras modalidades que presenten otro menú de servicios, como ayudas técnicas, centros de día, que se amplíe de acuerdo a una demanda de cuidados heterogénea. Hay familias para las cuales la mejor opción es que al menos durante unas horas la persona con discapacidad en situación de dependencia salga del hogar. En otros casos, no. Además el Estado debería ir hacia marcos regulatorios que ayuden a la prestación de servicios.

-¿Qué control existe para asegurar a las familias una adecuada intervención?

Mª José Bagnato: -Hay una función de monitoreo. Al azar llega al hogar un monitor social y, mediante una entrevista que está pautada, recoge la información y valoración de las personas, tanto del cuidador como del programa. Así como también sugerencias sobre su funcionamiento. Hay una buena coordinación entre Inmayores y Pronadis que está evaluando permanentemente el proceso.

Adriana Rovira: -Lo que tiene que ver con el seguimiento del programa fue algo que discutimos mucho en el grupo de trabajo de cuidados. Es vital tener un continuo diálogo con las familias en un programa de este tipo.

-¿Como lo están recepcionando las familias?

Adriana Rovira: -En líneas generales hay una alegría muy alta. Hay que entender que son familias que vienen de años de cuidado familiar sin un apoyo en la tarea, entonces al sentir que hay una persona que los ayuda, que los orienta, se sienten acompañados, por lo cual hay una percepción altamente satisfactoria con el programa.

Fuente: INMAYORES

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