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La Habana (Cuba), 15 de febrero de 2014. La Cátedra Universitaria del Adulto Mayor (CUAM), que ayer cumplió sus 14 años de actividad, asume la concepción de la educación a lo largo de la vida como un estandarte. Es por esta razón que despliega en su quehacer cotidiano un conjunto de cursos de superación para los adultos mayores, los cuales exponen temas de cultura general y para la vida cotidiana.

La CUAM está adscrita a la Facultad de Psicología y su labor es parte de la actividad extensionista llevada a cabo por la Universidad de La Habana. Sin embargo, en cada provincia existe una Cátedra del Adulto Mayor, por lo que este programa educativo se impregna de un carácter nacional.

En cada municipio de la capital se encuentran abiertas varias aulas para mayores, donde se aprenden contenidos de desarrollo humano, «abuelidad», seguridad social, inteligencia emocional, vínculos familiares, entre otros. En el país se han graduado más de 85.000 adultos mayores, y más de 14.400 en la capital. Es un programa que desde La Habana se construye a diario con mucho esfuerzo, pues sus profesores son un gran voluntariado de adultos mayores, la mayoría profesionales y pedagogos que imparten clases a sus alumnos de manera gratuita. Así también este proyecto educativo, es gratuito para todos los mayores. Contar con 60 años o más constituye el único requisito que se demanda como necesario para la inscripción en el curso.

La enseñanza a los mayores desde la CUAM se basa en principios martianos y humanistas con el objetivo de promover su actualización científico-cultural y desarrollo motivacional. Las personas mayores han sido un colectivo social que siempre ha estado discriminado, en tanto que se ha considerado que no pueden aportar nada útil, pues ya su período de inserción laboral finalizó. Además, en muchas ocasiones los propios adultos mayores se sienten como un estorbo en el entorno familiar y en la comunidad ya que se ven relegados por la sociedad a un segundo plano.

Desde sus inicios la Cátedra del Adulto Mayor ha realizado una ingente labor para desmitificar estos estereotipos y prejuicios, a través de la estructuración de una política que fomenta una cultura gerontológica donde el adulto mayor se convierte en un individuo empoderado en sus escenarios sociales y deviene en actor protagónico de los cambios de nuestra sociedad.

Durante estos 14 años la Cátedra ha sido para sus estudiantes una oportunidad que le ha cambiado su existencia. Este proyecto tiene como impactos fundamentales la mejora de la calidad de vida y el logro de una mayor socialización. Desde el podio del aula se realizan acciones diversas, pues en algunas comienzan la clase con un breve ejercicio matutino, y en todas está presente rememorar las efemérides de la Revolución y conocer de las principales informaciones culturales de la semana. Así, el estudiante del curso no solo aprende contenidos sino también participa en otras actividades políticas y culturales que lo enriquecen.  La clase, igualmente, abre sus puertas para la familia, pues varias parejas de mayores, que llevan muchos años casados, participan de los cursos.

Cuando una se adentra en un aula tiene la posibilidad de observar la diversidad. Desde los ojos de la experiencia aflora el pueblo cubano con sus colores, religiones y diversas formaciones técnico-profesionales. Miles de miradas ávidas de conocimiento se entrelazan en un permanente aprendizaje que nutre el sentido de la vida.

Fuente: Cubasí

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