Buenos Aires (Argentina), 28 de marzo de 2016. Tal como se había anunciado, la administración argentina reformulará el actual sistema jubilatorio de reparto y lo reemplazará por una pensión universal a la vejez, que tendrá un valor básico -todavía por definir- al que se le sumará un importe a partir de los aportes efectuados durante la vida laboral. La medida se impulsa como respuesta a la gran cantidad de juicios que se hacen al Estado por falta de ajuste de los haberes.
Desde el gabinete económico del gobierno detallaron que una vez que finalicen las moratorias vigentes avanzarán con un proyecto de ley para modificar la regulación actual. La iniciativa contemplaría una pensión universal que percibirán, de acuerdo a lo proyectado, quienes no hicieron aportes o no alcanzaron los mínimos necesarios para retirarse, mientras que las personas que hubieren realizado sus aportes percibirán una prestación económica acorde a los valores aportados.
Sin embargo todavía queda por definir un dato clave: cuál será el valor de dicha pensión universal, ya que en caso de ser equivalente al haber mínimo de $4.949, la medida implicará un desembolso mucho mayor que el actual por parte del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).
Por su parte, el jefe de área de Tercera Edad en la Defensoría del Pueblo porteña, Eugenio Semino, reclamó un debate en torno al proyecto de “pensión universal”. En declaraciones de Semino la reforma del sistema jubiltario que impulsa el gobierno “amerita la suficiente importancia para que a partir de la situación del sistema y de lo que se puede hacer en el futuro se genere un debate no sólo político sino también social”.
En referencia al sistema jubilatorio, Semino sostuvo que “los haberes mínimos son muy bajos y una pirámide muy achatada”. “Tenemos una cantidad de problemas, y el principal es cómo financiar el sistema”, remarcó y advirtió: “No hay que convertir el sistema jubilatorio en un sistema de subsidio”.
Fuente: Crónica