“Debemos avanzar hacia un envejecimiento positivo en Chile”

Santiago de Chile, 31 de julio de 2014. Ya no hay dudas que Chile vive un proceso de envejecimiento acelerado. Se estima que en el 2020 el 17,3% de nuestra población, es decir, más de 4 millones de personas, tendrá 60 años o más. Uno de los ámbitos que más se verá afectado es la salud, ítem en el cual actualmente un 50% del gasto corresponde a hospitalizaciones, representando unos 250 mil millones de pesos. Gasto que en el 2020 será 2,5 veces mayor y muchas de ellas corresponderán a hospitalizaciones de adultos mayores.

Otro factor relevante, se refiere al incremento de la esperanza de vida al nacer, que se eleva a 82 años en mujeres y 77 años en hombres,  lo que según datos del Informe de Estadísticas Sanitarias Mundiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sitúa a Chile como el país más longevo de la región.

«Este cambio demográfico  implica que nuestra sociedad tiene que ir adaptándose a este fenómeno que involucra diversos elementos a nivel cultural, social, previsional, sanitario y que tiene relación con planificación en diferentes  áreas como políticas públicas, planificación urbana y estrategias de desarrollo en el ámbito privado y estatal. Los principales desafíos que el proceso de envejecimiento poblacional nos plantea tienen que ver con realizar intervenciones para disminuir el riesgo de dependencia, fomentar el autocuidado e incrementar la participación de las personas mayores incentivando la integración social, económica y cultural», comenta el Dr. Rubén Alvarado, Presidente del XVIII Congreso de Geriatría y Gerontología de Chile, evento que se está celebrando estos días en la capital chilena.

«Nuestro punto de vista ante esta realidad no es pesimista, todo lo contrario, en el Congreso de este año nos hemos enfocado en las temáticas relacionadas con el envejecimiento positivo. Bajo esa mirada se revisarán los principales factores que permiten mantener a las personas mayores en condiciones de salud favorable, autovalentes y plenamente integradas a la Sociedad», añade el especialista.

El envejecimiento positivo es el producto final de una vida plena, en la que se han satisfecho las necesidades fundamentales, se ha logrado mantener bajo control los factores que repercuten negativamente sobre la salud y se ha potenciado aquellos que la favorecen, lo que se traduce en una mayor autonomía y la capacidad de mantener la funcionalidad en un nivel óptimo por un tiempo más prolongado.

¿Qué podemos hacer para lograr un envejecimiento positivo?

Estilo de vida saludable: Lo principal es una alimentación equilibrada y el realizar actividad física. La alimentación debe ser rica en frutas y verduras, debe incluir lácteos, legumbres y cereales. Además, es muy relevante el aporte proteico a través del consumo de carnes y huevos. Mientras que el ejercicio físico debe ser, en lo posible, guiado y ajustarse a las capacidades de la persona. En personas mayores más frágiles puede considerarse adecuado el realizar caminatas en forma regular con una duración diaria de 20 a 30 minutos, en cambio para aquellos que están en mejores condiciones se puede pensar en la práctica rutinaria de algún deporte de bajo impacto como la natación o el tenis.


Prevención de enfermedades
: En la medida que el conocimiento científico ha avanzado se ha podido establecer la relación entre ciertos factores que se vinculan a un mayor riesgo de desarrollar algunas enfermedades. En el caso de la patología cardiovascular que incluye el infarto al miocardio y los accidentes cerebrovasculares se ha evidenciado que se pueden prevenir con una dieta baja en grasas, con restricción en el consumo de sal, evitando el tabaquismo y realizando una actividad física regular.

Diagnóstico precoz de enfermedades: Existen numerosas enfermedades en que un diagnóstico oportuno puede cambiar el pronóstico y las consecuencias sobre la salud. Es el caso de la hipertensión arterial y la diabetes que si son diagnosticadas antes que generen complicaciones en el organismo se puede evitar el daño en los riñones, en los ojos, en el cerebro y en el corazón. Otra enfermedad que en algunos casos se puede beneficiar de un diagnóstico precoz es el cáncer, existen tumores como el de cuello uterino o el cáncer de piel que si se diagnostican a tiempo se pueden curar en forma definitiva.

Control de salud periódico: El tener la buena costumbre de asistir a los controles de salud en forma rutinaria permite el tomar las medidas necesarias para mantenerse en buenas condiciones. A modo de ejemplo, se puede detectar problemas de salud que pueden ser asintomáticos como una elevación de la presión arterial o se pueden realizar exámenes de laboratorio para determinar los niveles de colesterol. Además, se pueden conocer recomendaciones para el autocuidado de la salud o estrategias de prevención de algunas enfermedades como los programas de vacunación para distintas edades.

Actividad mental: «lo que no se usa se atrofia», y el cerebro no escapa de esa regla. La investigación en el área de la neurofisiología ha evidenciado que el cerebro de un adulto es capaz de regenerar sus neuronas y que también es posible incrementar las conexiones neuronales. De esta forma, en la medida en que una persona se preocupa de activar su cerebro a través de distintos estímulos de aprendizaje como cursos, talleres, desarrollo de otras habilidades, etc. , podrá desarrollar una mayor cantidad de redes neuronales y con ello disminuir el riesgo de aparición de un deterioro cognitivo.

Integración social: Es muy importante tener actividades sociales, conservar y también  generar nuevos lazos afectivos, mantener una buena comunicación con la pareja, hijos, familiares y amigos. Es recomendable participar de grupos afines en que se desarrollen capacidades y se mantenga contacto con otras personas, lo importante es disfrutar de estas actividades y que ellas le den un significado al estar vivo.

Fuente: Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile

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