“El abuelo de hoy ya no se siente un viejo, este término, viejo, no lo describe»

La Plata (Argentina), 8 de septiembre de 2013. “La primera ley que habría que eliminar en muchos países es la de la jubilación compulsiva. Debe haber, por supuesto, una ley que diga que a los 65 ó 67 años de edad tienes el derecho de jubilarte, pero no la obligación. Es verdad que hay gente que tuvo trabajos muy aburridos durante cuarenta años y que quiere jubilarse. Pero hay otra –y la hay cada vez más- que debería tener la opción de poder seguir trabajando. Lo primero de todo es terminar con esta compulsividad”

El médico y especialista en longevidad, Alexandre Kalache, que durante catorce años fue responsable del Programa de Envejecimiento de la Organización Mundial de la Salud , vino a La Plata convocado para disertar sobre el tema de las ciudades amigables. Kalache vive ahora los doce meses del año afincado en cuatro ciudades –Granada, Nueva York, Londres y Río de Janeiro- y es requerido desde numerosos países, para dictar cursos y brindar conferencias. Se lo considera una autoridad mundial en el tema de la longevidad. Y se lo reconoce como creador de una palabra nueva: “gerontolescencia”.

Alexandre Kalache, ex-responsable del Programa de Envejecimiento de la Organización Mundial de la Salud y creador del concepto de gerontolescencia.

Hijo de padre libanés y madre italiana, cursó la carrera de médico y se graduó en la Universidad Federal de Río de Janeiro en 1970, con máster en la Universidad de Londres y doctorado realizado en la de Oxford. “Hace años ni siquiera existía la palabra adolescencia, porque los niños pasaban de aprender a leer a trabajar. Y fue una generación la que pudo romper ese esquema y crear la adolescencia. Ahora nos toca a nosotros romper ese molde y crear la palabra gerontolescencia”.

Kalache impuso este término, aceptado ya por los especialistas de todo el mundo. Un gerolescente –los ubica entre los 60 y los 85 años- está activo, trabaja, viaja, participa en la sociedad, sigue aprendiendo y adquiriendo conocimientos. “El abuelo de hoy ya no se siente un viejo, este término, viejo, no lo describe».

El escenario ha cambiado en el mundo. Ahora existen los gerontolescentes: “Ya no eres el adulto de antes, pero no has perdido las suficientes facultades, como para no mantenerte vivo y autónomo

¿Cuándo se es viejo? ¿A los 65, a los 70?

Tú me lo dices, cada uno lo debe decir. Yo conozco gente que a los 40 ya se siente vieja y otra que, como Niemayer, el colosal arquitecto brasileño, cuando falleció a los 104 años, seguía siendo joven con proyectos, con ilusiones.

¿La edad es una cuestión psicológica?

Es sobre todo psicológica…es la actitud…

Sin embargo, las leyes del Estado, las que regulan nuestra vida, tienen pautas cronológicas. El registro de conductor se limita en su duración cuando uno tiene determinada cantidad de años, y todo es así…

El mejor ejemplo que puedo dar es demostrar cómo -todavía hoy, en el siglo XXI- seguimos atrapados en un modelo y una estructura del siglo XIX. No estoy hablando del siglo XX… La edad tope de la jubilación fue ideada por Bismarck que en 1881 cuando la expectativa de vida en Alemania era de 47 años que era la más alta del todo el mundo, en un país que era de los más poderosos. Él veía que la gente trabajaba en las fábricas, era un trabajo pesado, que necesitaba de energía. Percibió que había muy pocas personas de 60-65 años y que estaban mal, con un grado de salud deteriorado, con enfermedades crónicas para las cuales la medicina no tenía nada que ofrecer, ni aspirinas. Entonces concluyó que sería mejor enviar a esos pocos a la casa con una jubilación muy baja, poco dinero en vez de que esos pocos siguieran cobrando un dinero como si fueran productivos cuando ya no lo era.

Eso estaba muy bien para el s XIX porque esa gente no vivía mucho tiempo más. 130 años después estamos con las mismas normas de jubilación a los 60-65 años. Por ejemplo Sarkozy intentó subir la edad en Francia, donde la gente que llega a los 60 años tiene una expectativa de vida de 30 años más. Y él quería subir de 60 a 62 la edad de jubilación. Pero después, Hollande la bajó de vuelta esos dos años…

Esto significa, en definitiva, que hay que modificar los topes jubilatorios…

Así es. La gente está llegando cada vez a una edad más alta, con una mejor salud y con una capacidad personal y un potencial para contribuir con la sociedad más importante. Y si seguimos trabajando después de los 60 seguimos creando riqueza. Está claro que los mayores no competimos contra gente de 20 años, pero lo que yo puedo hacer esta basado en mi experiencia.

Las estadísticas marcan que los índices de expectativa de vida no cesan de crecer…esto cambia todo…

Hay que poner las miradas en las tendencias demográficas, la demografía tiene un impacto en la sociedad global. Yo cuando nací, en Brasil había una expectativa de vida de 43 años de edad y hoy, también en Brasil, tengo una expectativa de vida de 75 años de edad. Son 32 años más de vida. No estoy hablando de 32 años más de vejez.

También es cierto que muchas personas de mas de 60 años no quieren trabajar más…

Claro que sí. Es muy fácil para mí decir que yo sigo trabajando porque tengo satisfacción en mi trabajo, tengo privilegios, no dependo de mi fuerza. Pero otra cosa es para una persona que ha trabajado 30 años en algo muy aburrido, repetitivo, sin satisfacción quiera seguir trabajando. Hay que crear oportunidades para que tú puedas añadir conocimientos. Para que tú puedas en una estructura demográfica que ya no es piramidal dar oportunidades para que las personas de 50-60-65-70 años tenga satisfacción de trabajo.

También hay abusos en cuanto al otorgamiento de jubilaciones a edades muy tempranas

Es así, se trata de políticas que nunca fueron sustentables y ahora están peor. En Brasil, por ejemplo, los funcionarios públicos, e incluso los militares, se jubilan a los 45-50 años. Entonces uno empieza a los 20 años a trabajar y a los 45 ya puedes jubilarte. Yo tengo una cuñada arquitecta que fue directora del Banco Nacional de Vivienda, empezó a los 25 años y los 46, jubilada. Su madre acaba de completar 92 años. Mi cuñada está jubilada hace 15. Si llega a vivir como su madre, cosa que posiblemente haga, serán 46 años de jubilación, de jubilación indexada a la inflación. Eso es insustentable.

¿Cuál es la solución equitativa entonces?

Es un disparate compararnos con los parámetros de la época de Bismark cuando la gente hoy está saludable, la medicina tiene mucho más que ofrecer y la gente llega a los 70 años todavía con un potencial de trabajo alto. Pero hay que darle conocimientos y habilidades para sigan siendo importantes para la sociedad. Por ejemplo, un mecánico de autos que paró de aprender hace veinte años, hoy, que es todo electrónico, no tiene qué hacer, no sabe más cómo arreglar un auto. Entonces hay que aprender cosas nuevas.

¿La expectativa de vida creció por los antibióticos, por el culto a una vida más sana…?

Es una mezcla, pero la contribución principal ha sido la salud pública. Hemos controlado la muerte precoz de los niños a través del agua potable, el saneamiento, la lucha contra la polución, etc. Las vacunas son una contribución importante, ya no se muere de sarampión. Yo soy de una generación en la que el miedo a la polomielitis era terrible. O a la tuberculosis..Todo eso desapareció.

¿Y esta suerte de creciente culto a la salud, a la vida al aire libre…influye o no?

Claro, esa percepción la tiene la población, aquí y en todas parte – no fumar, hacer ejercicios, mantener el peso- eso es muy bueno, a pesar de que tenemos hoy una nueva epidemia mundial que pone en riesgo a la expectativa de vida…

¿Una nueva epidemia?

Sí, es la obesidad. La obesidad que se presenta en Argentina, en Brasil, en México. Esa tendencia nociva está amenazando los logros obtenidos en la expectativa de vida. En Estados Unidos se comprobó que los hijos de esta generación van a vivir probablemente menos tiempo que sus padres por el sedentarismo y la dieta inadecuada.

¿Podría sintetizar acerca de cuáles serían los beneficios de vivir más tiempo?

Primero que nada… es la armonía. Es avanzar hacia una sociedad más humana, más respetuosa de la vida. Segundo, que se da a las generaciones más jóvenes una perspectiva de envejecer sin pánico. Yo vengo de una generación para la que envejecer era una amenaza, un horror. Y ahora, ya no lo es.

Fuente: Quilmes Presente

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