Medellín (Colombia), 7 de diciembre de 2015. Según estudios de la Secretaría de Inclusión Medellín tiene 316 mil adultos mayores de 60 años y, de ellos, 41.673 reciben subsidios del Estado, porque figuran en el Sisbén (Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales) como de extrema pobreza.
El vicealcalde de Salud, Inclusión y Familia, Juan Carlos Giraldo Salinas, dijo que la situación de muchas de las personas de edad en las diferentes comunas es precaria y tiende a aumentar por una mayor expectativa de vida, las dificultades para acceder a una jubilación digna y la evolución de los hogares donde muchos de los hijos abandonan a sus padres longevos y enfermos.
Indicó que por la situación de algunas familias hay adultos mayores que cuando quien los cuida sale a trabajar queda abandonado, muchas veces con problemas de movilidad y de salud.
Por esta situación Medellín está pensando en guarderías para que esta persona puede dejar allí a su ser querido mientras labora.
Pero hay casos más difíciles, con personas con tanta discapacidad que no los pueden movilizar. Por eso también se está pensando en un centro que los asista.
La Secretaría de Inclusión Social atiende en estos momentos a 1.250 adultos mayores, quienes están totalmente desprotegidos, solos y sin familia.
Preocupación
Para Giraldo, la situación es tan preocupante en este aspecto que, según cálculos de la Alcaldía, Medellín necesita a corto plazo un centro geriátrico que pueda atender a otros mil ancianos que están en diversos sectores abandonados a su suerte o a merced de la caridad pública.
Sirley Lozano, coordinadora de Gestión Estratégica de Medellín Solidaria, que atiende a 60 mil familias en extrema pobreza de la ciudad, indicó que entre estas personas tienen registradas 15.086 mayores de 57 años, en su mayoría mujeres. Destacó que, desde 2012, el programa ha ayudado a salir de esta condición a 32.194 adultos mayores.
Héctor Betancur, secretario de Inclusión Social de Medellín recordó que la ciudad tiene una Política Pública del Envejecimiento. La inversión para este sector de la población en 2015 llegó a 37 mil millones de pesos.
Precisó que los 1.250 adultos mayores en situación de abandono que reciben ayuda de la Alcaldía, prácticamente se quedarán en esta condición hasta su muerte, porque no hay quién responda por ellos, están en el más completo abandono y para subsistir necesitan la ayuda del Estado.
Destacó que en esta administración, 45 mil adultos mayores han recibido acompañamiento, tanto de su Secretaría como del Instituto de Deportes y Recreación de Medellín-Inder, con programas como Canas al aire. Además se incluye el apoyo a los Clubes de Vida y también en los barrios se les brindan actividades lúdicas y proyectos de manualidades y, adicionalmente, funcionarios de la Secretaría los atienden en sus casas.
En el momento, el Municipio de Medellín les brinda apoyo económico a 6.713 adultos mayores por un valor de $ 151.000 cada dos meses. Los beneficiarios de este programa están en la base de priorización del Sisbén versión 3 y no pueden ser pensionados. Estos recursos son destinados por la misma comunidad a través del Presupuesto Participativo.
Además, Colombia Mayor, un programa direccionado por el Ministerio de Trabajo, les entrega una ayuda económica de $150.000 cada dos meses a 34.960 adultos mayores, diferentes a los que le entrega subsidio el Municipio de Medellín, en distintas comunas.
El secretario de Inclusión Social relató que la forma como ha ido creciendo la situación difícil de las personas de la tercera edad la reflejan las cifras. Se pasó al iniciar la actual administración de 17 mil subsidios a más de 41 mil este año. “La política pública que hemos impulsado se puede modificar en las siguientes administraciones, pero no tumbar», advirtió Betancur.
“Hay gente que quiere dejarle el adulto mayor al Estado, cuando hay una responsabilidad de las familias hacia ellos en temas como la alimentación y el cuidado».
“El llamado que les hago a los jóvenes es que deben empezar a pagar pronto una pensión, ahorrar, invertir en una vivienda para que luego no tengan que depender de los hijos o de terceras personas, como está ocurriendo hoy con numerosos adultos mayores”, dijo Betancur.
Concluyó que el mejor lugar para envejecer una persona es la casa, porque tenemos familias que expulsan a sus adultos mayores y es la Secretaría la que termina cuidándolos, pero la idea es que estas personas terminen sus días en el hogar que ellas mismas construyeron.
Calidad de vida
La Alcaldía de Medellín creó la Unidad de Personas Mayores, Amautta, que busca mejorar la calidad de vida de las personas mayores a través de programas que van dirigidos al cumplimiento de las líneas y estrategias de la Política Pública de Envejecimiento y Vejez.
Para tal fin presta servicios en la Colonia de Belencito donde se les brinda cuidado a 291 ancianos en estado de alta vulnerabilidad.
También tiene una red de instituciones privadas que le prestan el servicio al Municipio y estas entidades atienden a 793 personas mayores.
De igual forma tiene un dormitorio social que ofrece alojamiento diario a 257 personas en su mayoría habitantes de calle, adultos mayores.
Para la gerontóloga Sandra Valencia, en estos momentos tanto los hombres como las mujeres tienen un campo laboral más activo y, por lo tanto, hay menos disponibilidad para atender a sus padres.
Esto los lleva tener que recurrir a centros de bienestar o a cuidadores y a ello hay que añadirles enfermedades como el Alzheimer que se está presentando en edades prematuras ante lo cual hay un verdadero abandono del Estado.
“La prioridad por norma, para institucionalizar a un adulto mayor es que tenga 60 años y no puede tener menos de esa edad y allí no caben los enfermos de Alzheimer menores de 60, porque supuestamente debe haber otra institución para ellos, pero no la hay en Colombia, entonces estos pacientes están totalmente desprotegidos, porque algunos de ellos, ante su estado y dificultad de manejo son abandonados por sus familias”.
Reveló que en estos momentos, lastimosamente, en algunas familias de estratos altos aíslan a los abuelos desde el punto de vista afectivo y emocional, a pesar de brindarles un apoyo económico.
En cambio, dijo, en los barrios pobres todavía se preserva el cuidado en la casa, pero la situación económica los lleva a dejarlos, en muchos casos, a su suerte.
Otro problema es el sistema de salud, porque el nuevo Plan Obligatorio de Salud, POS, promulgado por el presidente Santos, retiró ciertos medicamentos como la quetiapina, para enfermos de Elzheimer que solo quedó para pacientes de esquizofrenia y trastorno bipolar e incluso, “los pañales, quedaron como implemento de uso personal y para que nos los entregue el régimen subsidiado o las EPS debemos acudir a la tutela”.
“Todos los días como cuidadores de personas de la tercera edad nos vemos sometidos a las palabras “no hay” muy frecuentes en algunas EPS del país y ese “no hay” hace que el abuelo se quede más de 15 días y hasta meses sin medicamentos».
Advirtió que de los 150 mil pesos de subsidio que les dan a los adultos mayores de los estratos más bajos, se los pueden gastar en medicamentos y pañales, que antes les reconocía el POS.
Fuente de conocimiento
El exministro de agricultura, Andrés Fernández, opinó que para enfrentar un panorama tan sombrío como el que se empieza a ver con la tercera edad, proyectos como este se tienen que replicar en todo el país.
Aseveró que es importante que Colombia vea al anciano como una herramienta, como un recurso para que su experiencia y conocimientos pasen de generación en generación.
“El conocimiento y la experiencia del anciano y las energías de la juventud hay que juntarlas como una herramienta del desarrollo sostenible”, comentó el exministro.
En medio del lanzamiento de este proyecto se realizaron varias tertulias con expertos y dirigentes. En ellas se dejó en claro la difícil situaicón que viven una gran mayoría de ancianos en Colombia, donde hoy el 11 % de la población tiene más de 65 años, lo que demuestra la necesidad de establecer políticas claras que permitan sembrar en la sociedad la cultura de una vejez valorada, de ancianos que no sean asilados y abandonados a su suerte.
Claro que allí puede haber personas catalogadas como adultos mayores, pero como no tienen documentos y no saben cuándo nacieron, son atendidos en el programa, pero haciendo un retroceso pueden tener 40 o 45 años. En Acarpín tenemos 60 ancianos que son habitantes de calle.
La suma de adultos en el más bajo nivel del Sisbén es muy alta, pero Planeación Nacional está verificando bien, porque se detectó que hubo personas que en el momento del registro se cambiaron de casa para recibir los subsidios, por eso la el número puede rebajar.
Además de la entrega de subsidios, el Municipio les lleva mercados a otros 7 mil adultos mayores que son vulnerables y no reciben subsidio, pero se está analizando bien, porque de igual forma se detectó que algunos no lo necesitan.
Lo que estamos pidiendo con la Política Pública para la Vejez es un hospital para adultos mayores, para que uno no tenga que estar corriendo para llevarlo de uno a otro centro asistencial y para que tengan más tiempo para su recuperación. Lo ideal, sin embargo, son programas para contenerlos en la familia con más cuidadores y un subsidio para los ancianos y sus familias”.
Fuente: El Colombiano