Buenos Aires (Argentina), 9 de junio de 2013. Los adultos mayores constituyen el grupo etáreo que más crece tanto en cantidad como en longevidad. Es por ello que cada vez son más los profesionales que se capacitan en gerontología y aspectos biopsicosociales del proceso de envejecimiento a fin de brindar una atención adecuada a los adultos mayores, promover un envejecimiento activo, propiciar el empoderamiento y mejorar la calidad de vida. Dichos profesionales proceden de diferentes disciplinas: trabajadores sociales, médicos, psicólogos, enfermeros, terapeutas ocupacionales, cuidadores, abogados, contadores, educadores, comunicadores sociales,…
El envejecimiento de la sociedad argentina es un hecho evidente en las últimas décadas, agravándose en las siguientes, tanto en ritmo, cantidad y longevidad. Esta revolución demográfica es un logro de la humanidad, producto de los avances científicos, medicinales, sociales, entre otros. Datos del último censo poblacional indican que el 14,3% de la población argentina tiene 60 años o más, y se estima que para 2030 haya la misma cantidad de personas mayores que menores de 15 años. Ante este panorama distintos posgrados, carreras, cursos, seminarios y jornadas para profesionales que trabajan con el sector son organizados por universidades, organismos gubernamentales, no gubernamentales y el interés y la demanda crece año a año.
Este fenómeno, que se observa en las universidades de tercera edad, instituciones académicas, centros de jubilados, en el barrio y la familia, genera, por un lado, diferentes desafíos, como la capacitación de profesionales de la salud, asistencia, educación, entre otras áreas, y al mismo tiempo una serie de beneficicios, como el aprovechamiento de la experiencia, las historias de vida y nuevos proyectos de las personas mayores.
Los cuidadores
En declaraciones del coordinador del programa de Cuidados Domiciliarios de la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores -DINAPAM, Juan José Nadal, destacó que «es un beneficio que la gente alcance los 80, 90 años y la mayoría llega sin inconvenientes. Pero hay un porcentaje menor que puede tener algún tipo de dependencia por cuestiones de salud que hace que requieran de un tercero para poder llevar adelante su vida cotidiana como bañarse, hacer las compras, cocinar, asistir a espacios sociales y culturales, por lo que deben ser ayudadas».
Asimismo destacó que para cuidar o ayudar a una persona mayor en la vida cotidiana se necesita capacitación específica.
Desde la DINAPAM se desarrolla el Programa de Formación de Cuidadores Domiciliarios para «capacitar el recurso humano en el aspecto gerontológico a fin de ayudar a la persona mayor y permitirle seguir adelante con sus proyectos, sin recurrir a una institución de larga estadía que tendría que ser la última instancia y sólo para quienes tengan una alta dependencia», señaló. Otras estrategias son la adaptación de ciertos elementos cotidianos -cubiertos, vasos, por ejemplo- y la accesibilidad de la vivienda, tanto en cuestiones de iluminación, obstáculos, desniveles, entre otros.
Nadal indicó que el programa, que «comenzó en 1996, tuvo una irrupción transitoria en unos años pero luego se retomó con fuerza y ya formó a más de 25 mil cuidadores de todo el país». El Programa de Formación de Cuidadores Domiciliarios es impartido por la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
De igual forma, desde esta dirección del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se realiza el posgrado en Gerontología Comunitaria e Institucional junto con la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata para profesionales que trabajan con adultos mayores. «Esta es la tercera cohorte, y por cada grupo son 300 alumnos los que egresan», señaló. También se organizan seminarios de Actualización en Gerontología y Promoción de los Derechos de las Personas Mayores, así como programas educativos, culturales y recreativos para mayores de 60 años.
Fuente: Diario Popular