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Bogotá (Colombia), 10 de octubre de 2012. Las altas tasas de personas que trabajan en el sector informal de la economía,  que alcanza a más de la mitad de los trabajadores, hace que Colombia ya esté experimentando una especie de “envejecimiento” que pone al país en los mismos niveles de naciones como Japón. Los datos reflejan que por cada dos trabajadores en el sector formal de la economía (es decir, cotizan a la seguridad social para percibir una pensión en el futuro) hay un adulto mayor de 65 años.

Este “envejecimiento” nada tiene que ver con lo que acontece en los países desarrollados, donde la población de adultos mayores está aumentando más rápidamente que los jóvenes. De hecho Colombia cuenta con una cantidad muy significativa de personas en edad de trabajar. Según la Asociación Colombiana de Administradores de Fondos de Pensiones y Cesantías-ASOFONDOS por cada mayor de 65 años hay 10 personas en edad de trabajar. El problema, por tanto, radica en que no todos los trabajadores están aportando para pensionarse, principalmente porque tienen empleos informales.

Para dar una idea, en Japón, donde las altas tasas de envejecimiento ya generan grandes dificultades, la tasa es de 3,8 personas por cada adulto mayor. En el caso de España, país con un número de habitantes similar a Colombia, hay 16 millones de personas cotizando, mientras que en Colombia son menos de 7 millones. Y los aportes son mayores. La tasa de cotización en  España es del 28 %, más del doble que en Colombia.

Actualmente la Población laboralmente activa en Colombia es mayor a la que no lo es. Pero a partir del 2020 el 12 % de la personas van a ser mayores de 60 años. Según Lina González Ballesteros, psiquiatra y consultora de vejez y envejecimiento de la Fundación Saldarriaga Concha, la población laboralmente activa no va a ser suficiente para mantener a la población dependiente.

El presidente de ASOFONDOS, Santiago Montenegro, dijo que esto es una muestra de que Colombia no está aprovechando el bono demográfico, es decir, la gran cantidad de personas que están en edad de trabajar. “La mayor parte de los jóvenes no se está educando, y tampoco ahorrando o cotizando para pensión. Entonces, cuando lleguen a adultos mayores no tendrán cómo cubrir los riesgos de la vejez”.

Montenegro añade que el país no está acumulando reservas que sirvan como base para el sistema de seguridad social, e insiste en que es crítico que Colombia llegue a una etapa de envejecimiento con bajos niveles de desarrollo y de ingreso per cápita.

Justamente la Asociación Nacional de Instituciones Financieras-ANIF advierte que la situación del sistema pensional es más grave de lo que se pensaba. Sergio Clavijo, presidente del centro de estudios, señala que el faltante de recursos equivale al 144 % del producto interior bruto del país.

No es tarde para revertir la situación

Ante la situación, ASOFONDOS propone dos vías para reducir la informalidad. Una es la creación de un indicador que crezca anualmente con la productividad y que aplique para todos los salarios formales. Entre tanto, para los nuevos trabajadores que devenguen un mínimo, el salario debe ajustarse sólo con la inflación anual. La otra vía es ampliar la brecha entre la remuneración mínima y el salario medio.

Por su parte, Olga Lucía Acosta, asesora de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe-CEPAL en Colombia, señala que el país debe invertir más en la juventud y definir políticas diferenciadas para distintos segmentos de población: jóvenes, mujeres, habitantes rurales o urbanos. Precisamente, señala que los sistemas de pensiones deben diseñar mecanismos especiales de cotización para la población rural, cuyos esquemas de ingreso son diferentes.

Fuente: Portafolio

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