WashingtonDC, 14 de marzo de 2014. En los últimos diez años, y mediante innovadoras reformas en sus sistemas de pensiones, América Latina amplió la cobertura previsional a 11 millones de personas mayores de 65 años que previamente estaban excluidas, de acuerdo a una reciente publicación del Banco Mundial.
Durante las décadas del 80 y 90, la mayoría de los sistemas de pensiones de América Latina fueron objeto de reformas destinadas a mejorar su sustentabilidad financiera, aunque desde hace algunos años los esfuerzos han estado dirigidos a lograr una mayor inclusión, a partir de programas tales como la expansión de las pensiones no contributivas o la flexibilización de los requisitos de acceso a los sistemas tradicionales de pensiones contributivas.
«Más allá de las pensiones contributivas: catorce experiencias en América Latina» plantea que las reformas a los sistemas previsionales adoptadas por 14 países latinoamericanos en la última década ayudaron a reducir la proporción de la población sin cobertura de más de 65 años de edad en casi un 33%, un cambio que representa el mayor aumento de la cobertura en décadas.
El informe también se centra en la forma en que los países de América Latina y El Caribe están abordando el urgente desafío de evitar que su creciente población de adultos mayores caiga en la pobreza. En 1950, la esperanza de vida en la región era de 52 años; alcanzó los 74 en 2010 y se espera que supere los 85 en 2100.
Hacia una prosperidad compartida
“No existe una receta única para proteger a los adultos mayores excluidos del sistema tradicional de jubilación. Cada país parte de niveles de cobertura y limitaciones fiscales diferentes y se enfrenta a desafíos y características que requieren de políticas flexibles”, aseguró Rafael Rofman, especialista líder en protección social del Banco Mundial para América Latina y coautor del estudio. “No obstante, lo que sí se puede afirmar es que a pesar de estas diferencias, todos los países de la región están en un camino de inclusión”, agregó.
Actualmente, los países de la región llevan a cabo diferentes estrategias para alcanzar este objetivo, que podrían clasificarse en tres grupos:
- Beneficios para todos: Países como Bolivia y Trinidad y Tobago, que otorgaron una pensión a la totalidad de sus adultos mayores, independientemente de su vinculación previa con el mercado de trabajo, que no les podrá ser quitada.
- Inclusión de excluidos: Los nuevos programas de inclusión en Argentina, Brasil, Chile, Panamá y Uruguay apuntan a cerrar la brecha en la cobertura, otorgando una pensión a aquellos que carecían de una en el pasado.
- Focalización en los vulnerables: Países como Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay y Perú otorgan pensiones sociales como parte de sus mecanismos de reducción de la pobreza y asistencia social, focalizándose en la población más vulnerable a través de un modelo que emula el enfoque para la pobreza entre las familias con niños pequeños.
Desafíos a futuro
“En América Latina hay un cambio de paradigma (a través de pensiones que sirven de herramienta para) la inclusión y la reducción de la pobreza, el desafío ahora es el de consolidar este cambio y hacerlo sostenible en las décadas venideras”, aseguró Ignacio Apella, especialista en protección social del Banco Mundial y coautor del estudio.
Las reformas estudiadas muestran una mejora importante en la cobertura de los adultos mayores de América Latina. Los desafíos a futuro parecen girar en torno a la consolidación de estos cambios en términos legales e institucionales, asegurando tanto su sostenibilidad fiscal así como el consenso político y social alrededor de los mismos, dando continuidad a los logros en términos de inclusión alcanzados en los últimos años.
Más allá de las pensiones contributivas describe los problemas principales que enfrentan los países de la región a la hora de ampliar la cobertura de los sistemas previsionales más allá de la población de trabajadores formales.
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