Lima (Perú), 22 de mayo de 2014. Los adultos mayores constituyen el 30% de la demanda de atención de los servicios de salud, por lo que es importante que tenga una buena alimentación durante las diferentes etapas de la vida para una adultez sana, afirmó el médico geriatra José Francisco Parodi. Agregó que las adecuadas políticas de salud han permitido que aumente la esperanza de vida de los peruanos, que actualmente oscila entre los 75 y 80 años.
«Nunca es demasiado temprano ni demasiado tarde para hacer algo por una longevidad exitosa. Alcanzar los 60 años es un éxito de la salud pública en el Perú, pues en la sociedad de 1930 se vivía hasta los 44 años», subrayó.
Tener una adultez exitosa y con salud implica participar en la sociedad y valerse por sí mismo, una estrategia que implica acciones en otras etapas de vida previas.
Un determinante de una longevidad exitosa y salud es una buena nutrición. Ésta permite prevenir enfermedades, manejarlas adecuadamente y tener un mejor desempeño en la vida e, incluso, facilita la integración social.
«La nutrición es determinante de la longevidad porque si uno come mal, vive menos», precisó el Parodi.
La buena nutrición debe realizarse en todas las etapas de la vida, para que cuando se llegue a los 20 años haya la mayor cantidad de músculo que haga menos traumático el deterioro muscular en la ancianidad. «De ese modo, la persona llega a los 80 años, entrenado y con una buena calidad de músculo. Es una estrategia para mantenerse independiente y valerse por si mismo, en lo cual la nutrición ayudará«, dijo.
Por eso recomendó a los adultos mayores consumir más cantidad de proteínas porque estas construyen músculos y contienen leucina, aminoácido presente tanto en alimentos como en suplementos nutricionales que reduce la degradación del tejido muscular.De igual manera, aconsejó el consumo de proteínas para las personas mayores inmovilizadas u hospitalizadas, a fin de detener la destrucción muscular.
Parodi sostuvo que la malnutrición es una epidemia en América Latina y que combatirla no solo implica diseñar y aplicar políticas y planes desde el Estado sino también de un cambio de conducta de la propia gente.
De otro lado, Parodi saludó las estrategias alimenticias gubernamentales para complementar la nutrición en personas de extrema pobreza, pues son unas efectivas estrategias contra la desigualdad.
Epidemia de obesidad
A juicio del especialista, la obesidad es otra epidemia esparcida por el mundo que no es más que el resultado de conductas y patrones de alimentación errados.
«La grasa no es inerte, produce sustancias químicas tóxicas llamadas adipoquinas, que provocan inflamación en el cuerpo, destrucción de las arterias, dañan el sistema energético de tu cuerpo y se acumulan con los años», afirmó.
Agregó que la grasa subcutánea produce menor daño que la ubicada en el estómago, pero la que genera la mayor cantidad de toxinas es la ubicada dentro del músculo.