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Guadalajara (México), 11 de febrero de 2014. «Agente de ventas: buena imagen, manejo clientes, objetivo, dinámico, experiencia venta directa, 25-40 años, necesidad ingreso $12,000 mensuales”. “Arquitecto: control de obra, acabados, menor 35 años, autocad, excel, 3123-9077”. “Cocinero: 25-35 años, experiencia comida japonesa, actitud servicio, serio, formal, salario según aptitudes, Santa Tere”.

Se trata de los típicos anuncios a los que recurre con desesperación la mayoría de los desempleados en la búsqueda de una oportunidad laboral. Anuncios como éstos, que excluyen a los empleados mayores de 35-40 años, aparecen de manera interminable en internet y medios impresos.

Para el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación-CONAPRED, estos avisos representan “un acto discriminatorio al condicionar o negar el derecho al trabajo por cuestiones de edad”. Así pues, aunque negar un empleo por motivos de edad esté prohibido por la Constitución y la Ley Federal del Trabajo, lo cierto es que son cada vez más las empresas que, aunque no señalen explícitamente un filtro de edad, cierran las puertas a miles de mexicanos que ven limitadas sus oportunidades de desarrollo económico y social.

De acuerdo con el presidente de la Asociación Mexicana por la No Discriminación Laboral por Edad o Género (ANDLEG), Javier Vázquez Robles, el 90% de las vacantes ofrecidas  dejan fuera a los mayores de 35 años. “La oferta laboral disponible para ese segmento poblacional se reduce a 10%, pero se trata de empleos de bajo salario que no tienen que ver con el perfil académico del solicitante, desperdiciándose así años de experiencia”.

En el mismo sentido, la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo ha reconocido que las ofertas se limitan a grupos de edad muy cerrados, a pesar de que desde el punto de vista médico un  individuo de entre 35 y 55 años goza de salud óptima para desempeñar con excelencia su labor profesional.

Vetados

Especialistas en el mercado laboral en la ciudad de Guadalajara coinciden en que la población de entre 35 y 40 años de edad asume el mayor riesgo de quedarse desempleada, siendo éste el grupo que más obstáculos enfrenta para conseguir un empleo.

“A los 40 años ya eres viejo, ya no te contratan tan fácil. Las empresas están buscando sangre joven para bajar los costos de la nómina. Muchas empresas prefieren también a los jóvenes porque tienen el chip tecnológico integrado, por su fuerza, empuje, disponibilidad a viajar o cambiar de residencia, flexibilidad, y menores exigencias salariales”, señala Verónica González Partida, socia y directora adjunta de la consultoría Productivity Systems.

Pero también las empresas buscan que los empleados no permanezcan mucho tiempo. “La antigüedad es un serio problema para muchas empresas. Este fenómeno compagina muy bien con la naturaleza flexible de las nuevas generaciones que no quieren trabajar toda la vida para la misma empresa, misma que suelen abandonar en el momento en que se termina el reto”, asegura la experta en recolocación.

Para Iciar Azanza, vicepresidenta de la Cámara de la Industria Electrónica y directora general de Azanza y Asociados, al profesional experimentado se le dificulta conseguir trabajo porque exige salarios más elevados. Sin embargo, su consultoría ha centrado sus esfuerzos en hacer que las empresas aprovechen la experiencia para no perder tiempo y dinero en capacitación.

A su vez, Javier Vázquez recuerda que aunque los jóvenes, por la falta de experiencia, tienen problemas para acceder a un empleo, siempre tendrán la oportunidad de abrirse camino. “Se cree erróneamente que los mayores de 35 años están maleados, que tienen menos disponibilidad de viajar y mayores exigencias salariales. La realidad es que ni siquiera les dan la oportunidad de probar lo contrario”.

Desaprovechan experiencia

La coyuntura actual ha orillado a quienes integran las filas de desocupados a malbaratar sus conocimientos o subemplearse para poder subsistir. Pablo Sánchez, de 38 años, perdió su puesto de director de área en una dependencia estatal luego del cambio de administración. “Perdí mi trabajo en marzo pasado y estuve siete meses tocando puertas en el sector privado, fui a cinco entrevistas y a pesar de que nunca me dijeron que estaba viejo, sabía perfectamente que mi edad y experiencia me restaban en lugar de aportarme”.

Pablo reconoce que al principio sus expectativas salariales eran elevadas. “Tengo que mantener una familia, pagar escuelas, deudas, coches y si quería tener el mismo nivel de vida, tenía que aspirar a un sueldo similar. Después de encontrarme con la realidad, estuve dispuesto a trabajar por la mitad de lo que me pagarían”. Pero ni malbaratando sus años de experiencia logró conseguir empleo.

“Luego de siete meses de frustración, pleitos familiares y baja autoestima, opté por abandonar la búsqueda fallida de empleo para abrir mi propio negocio de comida corrida. Pero como el dinero no alcanza, la administración del local tengo que acompañarla de mis comisiones como agente de bienes raíces”, relata con resignación.

Para las especialistas en recolocación, los adultos mayores de 35 años se ven forzados a aceptar trabajos con menor remuneración, bajando sus expectativas y trabajando en áreas que no son de su profesión. “Ante esta realidad muchos optan por abrir un negocio propio o se convierten en vendedores de lo que sea, con un sueldo base y a pura comisión”, resalta Iciar Azanza.

“Un mayor subempleo es la principal repercusión para la economía local. Pero los adultos de este rango de edad nunca pierden la esperanza de que su talento y conocimientos vuelvan a ser valorados, por eso aceptan lo que sea y se conforman con sueldos menores, mientras encuentran algo que les devuelva la satisfacción”, comenta González Partida.

“Al final, los mayores de 35 años enfrentamos más obstáculos y de aquí en adelante seremos discriminados. Los jóvenes tienen todo un futuro por delante, pueden vivir en casa de sus padres un rato, hacer un año sabático, estudiar una maestría y especializarse, obtener becas, y brincar de un lado a otro. Pero con una familia y a mis 38 años es complicado reinventarse”, agrega el ahora agente de bienes raíces y ex funcionario público.

Sin embargo, no todos los requerimientos son iguales. Según datos de la consultoría Productivity Systems, “el mercado laboral de Guadalajara requiere también de personas entre sus 40-50 años sobre todo para niveles gerenciales y directivos en los que la experiencia es más importante”. Pero son pocos los puestos para tantos desocupados.

“Lo que nosotros le decimos a las empresas es que se den la oportunidad de al menos entrevistar a los perfiles de dicho grupo de edad. Al final, lo que se ahorrarían en contratar a alguien sin experiencia, lo ganarían con alguien que ya no requiere de capacitación”, asegura Iciar Azanza.

En Jalisco, de los 192,069 desocupados, 32% se encuentra en el rango de edad entre los 30 y 49 años, frente al 28% de hace una década, siendo este grupo de edad el que tuvo el mayor crecimiento desde el año 2000. Los hombres de esa edad son los que más padecen la desocupación: 68% frente al 32% de mujeres.

Definen acciones a seguir si se detecta un rechazo a un empleo por “las canas”

El primer visitador general de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Javier Perlasca Chávez, destaca los dos grandes rubros a los que debe acudirse para atacar este fenómeno de la discriminación laboral por edad: los organismos no jurisdiccionales y jurisdiccionales. “Los no jurisdiccionales comprenden a las comisiones de derechos humanos (para el ámbito de la función pública) y al CONAPRED (ámbito público y privado).”

Pero también está la vía jurisdiccional para demandar a la empresa que discrimine por edad. “Según sea el ámbito de competencia (local o federal), se puede promover una demanda en las juntas de conciliación y arbitraje, que tendrán la obligación de resolver si se da o no la discriminación y en su caso, dictar una resolución vinculante”. Además, desde 2012 la ley prevé que ciertas personas físicas o morales, particulares o privadas, puedan ser sujetos de una demanda de amparo.

Para la encargada de quejas y reclamaciones del CONAPRED, Hilda Téllez Lino, imponer un requisito de edad sin que tenga una justificación lógica por el tipo de puesto o actividades a desempeñar tiene un efecto discriminatorio. “Al hacer esto, las empresas incurren en un posible acto discriminatorio. Se requieren acciones más eficaces y de mayor visibilidad para definir que cualquier requisito que establezca condiciones de edad injustificadas es ilegal”.

La directora del CONAPRED exhortó a los ciudadanos a denunciar ante las instancias correspondientes y a las autoridades a establecer mecanismos donde los casos puedan resolverse. “A Jalisco lo que más le urge es una ley contra la discriminación, una instancia que pueda conocer esos casos para que sea mucho más sencillo para la población, que tenga la capacidad de revisión de políticas públicas y de los reglamentos que están aplicando las empresas”. Hoy por hoy, son 23 las entidades federativas que tienen una ley antidiscriminatoria.

Sin embargo, a pesar de las reformas a la legislación federal laboral, especialistas consultados coinciden en la falta de herramientas y regulaciones para poder probar una situación de discriminación por edad en la selección de personal.

“En México es muy complicado tener los elementos de prueba para demostrar la discriminación laboral por edad y reclamar esas actitudes ante las juntas de conciliación y arbitraje. Al final la empresa contrata a quien decide y no se ha podido corregir esa cuestión desde el punto de vista jurídico”, destaca Eutiquio Dueñas, académico del ITESO y funcionario de conciliación y arbitraje, quien en sus 27 años de carrera nunca ha visto un caso donde se haya ganado una demanda por discriminación laborar por edad.

“En México no se puede demostrar que se discriminó por la edad. La empresa se puede justificar dependiendo del tipo de trabajo y actividades que requiere. No existe un mecanismo que obligue o incentive al empleador a contratar a trabajadores mayores de 35 años. Tendría que hacerse una reforma a la Ley Federal del Trabajo”, considera Alfonso Librado García, profesor de la División de Estudios Jurídicos de la UdG.

Piden incentivos a las empresas para evitar la exclusión

En julio pasado, senadores del PRI presentaron un punto de acuerdo para que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social refuerce las medidas de supervisión tendientes a erradicar la discriminación laboral por edad y, en su caso, sancionar a las empresas que incurran en dicha práctica. En el mismo, se considera que la Secretaría de Hacienda analice la pertinencia de implementar programas que otorguen incentivos fiscales a las empresas que empleen de manera formal a personas mayores de 35 años en el país.

Para Jiménez Reynoso, la discriminación laboral por edad se ha incrementado en los últimos años ante la falta de sensibilidad por parte de empleadores, quienes con cinismo anuncian invitaciones discriminatorias, bajo la complacencia y omisión de la autoridad. “Hace falta un replanteamiento de fondo por parte de las autoridades, empresas y sociedad en relación a las políticas públicas que deben aplicarse para los adultos mayores de 35 años”.

El académico recuerda que dentro de una década la pirámide poblacional se invertirá en relación a la edad, por lo que “desde ahora se requieren políticas idóneas para que los mexicanos puedan trabajar y tener una vida digna a través de una pensión o jubilación”.

Cuestionada al respecto sobre su estrategia para reducir la discriminación laboral por edad para los mayores de 35 años, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social estatal respondió que “la discriminación laboral como tal no la manejamos nosotros. El Servicio Nacional de Empleo (SNE) tiene un programa, Abriendo Espacios, para colocar y ofrecer empleo a personas mayores de 40 años”. Sin embargo, en la página de internet del SNE se lee que tal programa dirige sus acciones a “las personas con discapacidad o adultos mayores que buscan integrarse al aparato productivo”. Excluyendo así a los menores de 60 años.

Cambiar de actitud y saber venderse, las claves

Los expertos recomiendan que en lugar de malbaratar la experiencia, la clave está en aprender a venderla y en sacarle el mayor provecho a la red de contactos para conseguir entrevistas. Pero también es importante cambiar la actitud, tener la disponibilidad de aprendizaje, flexibilidad y no venderte como el que tiene la solución en la mano para todos los problemas. Si la búsqueda se complica, entonces habrá que pensar en el autoempleo.

Para el fundador de la ANDLEG, Javier Vázquez,  hay que informarse sobre los derechos laborales y defenderlos. “La discriminación laboral por edad es ilegal, hay que defender los derechos que la Constitución nos otorga. Los años de experiencia no tienen que irse por la borda y a cada uno de nosotros nos corresponde luchar por ello”.

En el mismo tenor se pronuncia el profesor de la División de Estudios Jurídicos de la UdeG, Francisco Jiménez Reynoso, al exhortar a quienes padecen el fenómeno a “emplear los mecanismos y herramientas jurídicas que están al alcance para proteger las garantías individuales; se puede recurrir a la demanda o al juicio de amparo, así como a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos o al CONAPRED ”.

Los datos

  • 23 es el número de entidades en el país que tienen una ley antidiscriminación.
  • 68% de los desocupados es hombre, frente al 32% que es mujer.
  • 32% de los desocupados en Jalisco está en el rango de edad entre los 30 y 49 años
  • 90% de las vacantes ofrecidas dejan fuera a las personas mayores de 35 años
  • Perfil ideal para los empresarios: edad máxima  28 años; experiencia entre 3 y 5 años para ganar entre  6 y 8 mil pesos; tener licenciatura terminada (Fuente: Asociación Mexicana por la No Discriminación Laboral por la Edad o Género).

Fuente: El Informador

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