La Habana (Cuba), 29 de abril de 2015. Cuando hablamos de longevidad no puede dejar de mencionarse el papel fundamental de la educación en este tema, pues “también se envejece en función de cómo uno ha aprendido”, señala la profesora Teresa Orosa Fraíz, presidenta de la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana (la primera fundada en Cuba y que ya cumplió 15 años) y Secretaria Nacional de FIAPAM en la isla caribeña.
“Hay que prepararse para el envejecimiento, pero no solamente cuando ya se es mayor, sino desde las edades más tempranas. En Cuba existen cátedras en todas las provincias del país, y se ha demostrado su nivel de eficacia en la calidad de vida de las miles de personas mayores que han pasado por nuestro programa”, sostuvo.
La vejez en los medios de comunicación fue el tema de debate que propuso la especialista en el XIII Seminario Internacional Longevidad, que se desarrolla en el Palacio de Convenciones de La Habana hasta mañana jueves.
“Hemos decidido impulsar acciones desde las cátedras que tienen que ver con el papel de la educación en la formación de una nueva cultura gerontológica, en vínculo con los medios de comunicación y el importantísimo rol que juegan en cualquier sociedad como formadores de opinión y constructores de sentidos”, apuntó la profesora.
En esa dirección, puntualizó que una de las preocupaciones radica justamente en que la imagen de la vejez no es todavía lo suficientemente bien tratada desde los medios. “Encontramos, por ejemplo, productos audiovisuales vinculados al tema de la vejez pero muy centrados en los aspectos de las pérdidas, las nostalgias, la brecha digital, los aislamientos, las depresiones, las demencias cuando en realidad esta es solo una parte, una expresión del tema de la vejez. Todavía falta ponderar en los medios esa otra parte de la vejez, como una etapa del desarrollo, con todo el respeto y la coherencia que conlleva”, dijo.
Para la profesora Orosa Fraíz son varios los aspectos específicos en los que debe trabajarse: el uso de las imágenes que hoy se emplean, la utilización indiscriminada de frases, muchas veces con contenidos gerontofóbicos en ellas porque los hombres y mujeres que las han dicho han vivido otras épocas y otros paradigmas respecto a la vejez.
“Hay que tener en cuenta que somos una población mayor muy diversa y es difícil por lo tanto poder hacer una promoción de una única imagen. No hay una única vejez y lo más importante es reconocer la diversidad de personas mayores que somos. Tampoco somos una población pasiva para que nos traten de una forma cariñoso-paternalista en exceso; no somos tampoco una población solamente requerida de cuidados, por lo que no debe abordarse esta etapa de la vida solo desde la institucionalización, con una mirada asistencial”, explicó la entrevistada.
Se trata de lograr entre todos que nuestra sociedad y los medios de comunicación se capaciten, estudien y conozcan las características que tiene la generación actual de mayores para que estos puedan identificarse y sentirse parte con los productos comunicativos.
“Es un reto profundo, porque aún seguimos siendo de una forma u otra portadores de un conjunto de estereotipos respecto a la vejez”. Es necesario salirse del esquema de ver siempre esta etapa de la vida como el final, la depresión y la soledad. Tampoco las visiones idealizadoras o confusas son las más acertadas, de acuerdo con la profesora Orosa Fraíz, pues no puede concebirse la vejez sólo como la mejor edad, la edad dorada; o como retorno a la niñez o eterna juventud, porque siguen siendo miradas parcializadas.
La gerofobia, que existe también en nuestra sociedad —y que habla de aquel conjunto de actitudes, todas negativas hacia el envejecimiento y la vejez, las cuales se expresan de diferentes formas y no siempre de modo intencional— es de cara al panorama de transición demográfica que vive Cuba, mucho más que un desafío.
Fuente: Gramma