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Ciudad de México, 29 de marzo de 2013. Muchos dan por hecho que el aislamiento social es un serio riesgo para la salud, sobre todo para los adultos que rondan el medio siglo de vida. En 2010, un estudio concluyó que pasar mucho tiempo a solas puede ser tan peligroso como fumar 15 cajetillas de cigarrillos al día. Muchos científicos asumieron que la soledad es la gran culpable. Sin embargo, una investigación posterior tiró por la borda esta sospecha.

Un nuevo estudio le ha dado otro giro a este punto de vista, mostrando que incluso a las personas a las que no les importa estar solas siguen siendo candidatas potenciales para fallecer cuando sus conexiones sociales disminuyen.

Incluso para aquellos que parecen disfrutarlo, estar solo puede ser peor de lo que a simple vista parece. De acuerdo con un estudio que analizó los hábitos de vida y comportamiento de personas de más de 50 años, la soledad puede aumentar el riesgo de muerte entre las personas de edad. Sin embargo, encontraron algo más grave, ya que los efectos del aislamiento social sobre la salud podrían ser mayores que los de la soledad.

Andrew Steptoe y su equipo del University College (Reino Unido), analizaron los diversos efectos que tienen el aislamiento social y la soledad, así como la relación entre los efectos de dichos factores y el riesgo de fallecer. De esta manera, estudiaron a 6500 hombres y mujeres mayores de 52 años que formaban parte del Estudio Longitudinal de Envejecimiento Inglés, del año 2004, y evaluaron su riesgo de muerte en marzo de 2012.

Según los investigadores, tanto el aislamiento social como la soledad eran factores predictores de una muerte temprana. Para el estudio, los expertos consideraron como aislamiento social el contacto limitado con familiares, amigos y vecinos. Por su parte, la soledad fue valorada a través de un cuestionario. Una  percepción personal más que de comportamiento.

De esta manera se encontró que la soledad y el aislamiento social inciden gravemente en la salud y aumenta el riesgo de muerte entre las personas de más de 50 años, de acuerdo con Proceedings of the nacional of Sciences (PNAS).

Los resultados revelaron que el aislamiento social actúa de manera independiente al momento de interferir en la salud, al contrario de la soledad, que necesita otras condicionantes, dijo el autor de la investigación.

Sin embargo, el estudio indica que mientras el aislamiento social predice la muerte (independientemente de la salud de los sujetos estudiados y su entorno) la relación entre la soledad y el fallecimiento se limita a aquellas personas con antecedentes de problemas mentales o físicos, agregó Steptoe.

De acuerdo con los autores, el trabajo sugiere que las personas mayores pueden beneficiarse de estrategias que combatan el aislamiento social, así como la soledad y, de esta manera, las intervenciones que fomentan la interacción social podrán promover la longevidad.

Fuente: Informador

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