Asunción (Paraguay), 13 de julio de 2014. Un total de 115.793 adultos mayores paraguayos que viven en situación de pobreza reciben mensualmente una pensión cuyo monto equivale al 25% del salario mínimo, o sea 414.558 guaraníes, cifra que supera el costo de una canasta básica, sea ésta de zona rural o urbana, establecida ahora en 258.654 y 364.241 guaraníes respectivamente. Del total de beneficiarios, 59.026 personas residen en la zona rural y 56.767 en la zona urbana.
Mediante esta política, implementada por el Ministerio de Hacienda a través de la Dirección de Pensiones No Contributivas (DPNC), desde agosto de 2010 ya se han invertido unos 181,5 millones de dólares, cantidad que se ha distribuido entre los los estratos más pobres de la sociedad sin la necesidad de movilizar a las personas más allá de los distritos donde residen o de las capitales departamentales, y que fueron descentralizados a través de la red de cajeros automáticos del Banco Nacional de Fomento (BNF).
Con esta inyección descentralizada de recursos se viene facilitando la inclusión socioeconómica de mayores de 65 años, que no podrían insertarse al mercado de no ser por una asistencia regular del Estado. Además, la creación de cuentas bancarias para un segmento pobre, al tiempo de disminuir el costo de las transacciones financieras, abrió las puertas al crédito a personas que nunca antes habían accedido al sistema bancario formal.
Los cinco departamentos que fueron más beneficiados son Central, Caaguazú, San Pedro, Itapúa y Cordillera, que concentran el 54% del total de beneficiarios y el 52% de todo lo invertido a lo largo de la implementación de la pensión alimentaria para adultos mayores pobres.
Fuente: Última Hora