Rosario (Argentina), 6 de marzo de 2016. «El próximo 4 de abril comenzamos las clases«, dice Elida Penecino, coordinadora de la Universidad Abierta para Adultos Mayores, un programa de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que ofrece cursos y distintas formaciones a quienes pasan los 50 años de edad. El programa consiste en cursos, talleres y otras actividades culturales y educativas, coordinados por docentes universitarios, para alumnos mayores de los 50 años. «No se exigen estudios secundarios o primarios, algunos que cursan no terminaron la escuela pero saben leer y escribir, lo que les permite participar«, indica Penecino.
Sobre las temáticas que abordan los estudios señala que «son muy amplias y algunas se entrecruzan, como el abordajes que articula ciencia política e historia con música. También este año hay un espacio para reflexionar sobre los 40 años del golpe cívico militar«. La oferta abarca espacios para abordar la antropología, arte teórico, audiovisual, comunicación, arte, ciencias económicas, historia, informática, lingüística, literatura, música, psicología, relaciones internacionales y salud, entre otros.
«Tenemos unos cinco mil alumnos, en cursos de treinta personas como mínimo y se hacen lista de espera por si pueden ingresar más. Antes abrimos más cursos sobre todo por la cantidad de interesados, pero eso este año no se hará porque la Universidad debe ajustar su presupuesto«, admite.
Demandas y propuestas
Las temáticas que proponen los alumnos orientan los talleres. «Pero también hay cuestiones que impulsamos desde el programa. Trabajamos el control del HIV, un tema que en la población adulta no recibe un adecuado control. También hubo espacios sobre diversidad sexual, algo que costó introducirlo pero que fue muy bien desarrollado con el apoyo de organizaciones sociales y con grupos de chicos del Normal 3, donde algunas profesoras de educación física habían tomado el tema. Vinieron los chicos y vimos videos y debatimos la cuestión«.
«También es importante el aporte de docentes de bioquímica. Desarrollan un curso sobre el cuerpo humano, fisiología, medicación y el instar a prácticas creativas. No está fácil trabajar esos conocimientos que llega desde la publicidad. Buscamos que los adultos mayores sean sujetos de aprendizaje, cuidamos mucho el trato y el respeto«, remarca la psicóloga.
Sobre la asistencia, dice: «se controla, pero tienen casi asistencia perfecta. Suelen llegar más temprano para tener buen lugar«
Cada alumno se puede inscribir hasta en tres cursos, en tramos que son de dos horas por semana. La gente está cómoda, tenemos buenos equipos de sonido y aulas bien equipadas, con bancos especiales para adultos, más anchos, rebatibles «, explica Penecino.
Actualización
«No se otorgan títulos ni una certificación académica, pero si reciben certificaciones del curso realizado«, señala.
«Lo importante es que los concurrentes puedan actualizarse y participar. La educación es una herramienta de inclusión«, sostiene.
Y agrega: «El espíritu del programa está en que se traslade y transmita en forma innovadora a los adultos mayores, todo lo que la universidad produce, como creadora del conocimiento y cambios en la ciencia y arte, entre otros«.
Entre pares
«También es importante el clima que se crea en las aulas. Al ser todos de edades similares y vivir cuestiones semejantes, hay una mayor confianza. No se sienten distintos, como cuando concurren a carreras de grado de la Universidad, donde la mayoría de los estudiantes son jóvenes», remarca. «Ese es otro objetivo del programa, que sean para la comunidad y para una población etaria determinada«, agrega.
Acceder a nuevas tecnologías
“Hay gente que desea tomar los cursos sobre las nuevas tecnologías para poder estar en contacto con sus hijos y nietos, para hablar en el mismo idioma. Están interesados en lo que hacen los chicos y quieren acceder y entonces vienen para que se les enseñe a usar las nuevas tecnologías”, explica Penecino.
“Suelen hacer un esfuerzo muy grande y también quieren aprender más de fotografía y de cómo subir fotos del nieto para mostrársela a una amiga”, indica.
“Son cuestiones que favorecen el acercamiento generacional. A veces les piden ayuda a nietos o hijos para inscribirse on line. Pero también deben manejar internet para participar del facebook que tienen algunos cursos para transmitir y brindar textos”, comenta.
En 2011, en la Facultad de Humanidades y Artes, junto con grupos del Politécnico, se iniciaron los llamados “Cursos para la comunidad”. Penecino señala que “eran parte de la tarea de extensión universitaria y consistían en trabajos de grupos sobre temas de filosofía, arte e historia. Esas propuestas se fueron reconstruyendo y apuntando a los adultos mayores”.
Sobre el origen de los alumnos, explica que llegan desde toda la ciudad y algunos de Funes, La Florida, otros son del mismo barrio de la sede. La mayoría tiene cumplida la escolaridad media, pero también asisten profesionales. Por otra parte, hicimos cursos en San Lorenzo, Carcarañá, Totoras y Cañada de Gómez, sobre cine, arte. Fueron de duración anual y todas las semanas. En tanto, en el Politécnico hacemos el curso de matemáticas y carpintería.
En el marco de otras actividades, “también hicimos viajes, como el realizado en 2015 a Tecnópolis, donde nos esperaron y guiaron. El Ministerio de Educación nos invitó como programa para contar cómo trabajamos”.
“Los profesores son contratados por la UNR, salvo que ya tengan una dedicación a jornada completa” explica la coordinadora del programa, en el que también trabajan otros psicólogos, comunicadores sociales y jóvenes en funciones de no docentes.
Para más información consulta el Programa Universidad Abierta para Adultos Mayores-ProUAPAM, de la Universidad Nacional de Rosario.
Fuente: La Capital
Para más información sobre programas de educación permanente visita la web de la Universidad Nacional Aulas de la Tercera Edad-UNATE, entidad con una trayectoria de 38 años y cofundadora de FIAPAM