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Venezuela (febrero 2017). Se encienden las alarmas cuando el anciano o anciana de pronto pierde el sueño, no tiene ninguna motivación ante la vida, está inapetente, llora sin aparentes motivos y hasta descuida su higiene personal, señalan los especialistas.

El cuidado  y atención a los adultos mayores no solamente implica garantizarles la comida diaria y medicamentos, que ya de por sí es una tarea titánica en la actualidad, debido al alto costo y escasez de los productos, sino además estar atentos a su estado anímico y, sobre todo, alerta ante señales que pueden delatar estados depresivos. Acudir a la ayuda profesional es lo más recomendable.

Con base en su experiencia, tras atender durante años en consultas a personas mayores de 60 años, la geriatra Yaritza Lunar invita a prestarles atención integral, y hasta ahondar en ocasiones sobre las causas que los llevan a decaer anímicamente.

“Independientemente de cualquier evento que les afecte temporalmente, como la pérdida o enfermedad de un hijo u otro ser querido, y que es natural que los ponga tristes, si esto persiste hay que actuar para ayudarles”.

Indica que hay señales ante los cuales se debe estar muy pendiente. Por ejemplo, la falta de apetito que muestren de pronto, y más si la persona acostumbra a alimentarse normalmente. “El hecho de dejar de comer de manera brusca es una señal que debe ser atendida, porque puede terminar descompensándole o llevándole a la cama, que no es lo deseado en vista de que eso puede deteriorar su salud de manera vertiginosa”, explica.

Las personas del núcleo familiar o que estén a cargo del cuidado de una persona mayor tienen  que preguntarse qué está pasando, y discernir si es algo intrínseco del organismo, o se trata de síntomas de depresión.

El estado de depresión se manifiesta además en apatía y encierro en sí mismo, con poco contacto hacia el exterior e incluso hostilidad, frente a lo cual no se le puede responder con el mismo talante. “Generalmente cuando se le pregunta dirá que no tiene nada. Habrá la negación, para que los familiares no se preocupen, pero hay que abordarlos con paciencia de modo de poder ayudarles a salir de ese trance circunstancial”, indica.

“A veces la depresión viene porque se sienten abandonados. Por ejemplo, si tiene 13 hijos y ninguno lo llama, tiene razón para caer en tristeza profunda. Llama la atención, sin embargo, que en ocasiones justifique la ausencia cuando tiene un solo hijo. Allí lo acepta o justifica “porque tiene muchas ocupaciones o trabajo”, como suele ocurrir.

En todo caso la ayuda profesional para orientar cómo atenderlos es vital para el entorno del adulto mayor.

Comprender, además, que a su edad el estar “activo” puede ser el poder cocinar, atender una huerta, ir a misa o hasta acudir al cementerio para llevar flores a un ser querido fallecido. También estar presente en los encuentros familiares para departir o ir al bingo, o cualquier otra actividad que sea de su agrado.

Quizás lo que más deprima al ser humano (a toda edad, pero más en los llamados “años dorados” de la adultez mayor), es la falta de atención hacia su persona por parte de los seres queridos, señala otra especialista en geriatría.

“Muchas veces el grupo familiar está inmerso en el trabajo, y hasta viendo cómo sobrevivir en lo económico, por las dificultades actuales, y descuida al anciano que tiene en casa, el cual si no se alimenta bien o no es bien querido, tiende a decaer hasta flaquear en su sistema inmunológico. Es cuando vienen los problemas mayores dentro del cuadro general de su salud”, indica.

Lo ideal es que se le proteja y se le cuide, sobre todo en los casos de que sufra de patologías clásicas como las enfermedades cardiovasculares e hipertensión, diabetes y en algunos casos hipotensión (que surge actualmente por la disminución en consumo de azúcares y carbohidratos). Igualmente, demencia y problemas en el área cognitiva, que pueden sumar situaciones que perjudiquen su salud.

Brigitte Benítez, gerente de Casa Hogar “Mamá Carmen”, es enfermera intensivista y con diplomado en geriatría. Coincide con otros especialistas en que hay que estar siempre pendientes de las personas mayores, “el amor es lo fundamental en sus vidas”, afirma, por la experiencia que ha tenido de trabajar con este colectivo.

Respecto a los estados depresivos que a veces les afectan, dice que casi siempre eso obedece a una eventualidad por pérdida de un familiar o enfermedad neurológica, entre otras causas. “Eso los lleva a aislarse, al llanto, al desinterés por la vida, insomnio, inapetencia e incluso a descuidar su aseo personal”. La acción en positivo es conversar con ellos, atenderlos y si no lo superan en el ámbito familiar, “entonces buscar ayuda profesional o especializada”, dice.

Fuente: El Sol de Margarita

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