Buenos Aires (Argentina), 15 de noviembre de 2013. «La gerontología comunitaria, como superación de la vieja idea de geriatría como un tema meramente biológico, es el resultado de dos fenómenos. Por un lado, el envejecimiento de la población. Por otro, de un cambio de paradigma en las políticas sociales destinadas a grupos con vulnerabilidad que han dejado de ser de mera asistencia para ser políticas de derechos humanos», señaló Gabriel Lerner, responsable de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia-Senaf (Ministerio de Desarrollo Social de la Nación), en el marco del II Congreso de Gerontología Comunitaria, que se celebra en Buenos Aires entre el 14 y el 16 de noviembre. Según el funcionario, «en esta concepción holística todos los saberes tienen algo que aportar. Por eso hoy aquí no sólo hay médicos o psicólogos especialistas en vejez, sino que hay abogados, cuidadores domiciliarios, comunicadores, trabajadores sociales y adultos mayores».
De esta manera, el funcionario se refirió a la diversidad de los más de 3500 participantes del congreso, organizado por la Senaf junto a la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires-UBA, evento que busca la confluencia de distintos enfoques que puedan aportar a la construcción de un nuevo paradigma de vejez que se viene gestando en las últimas dos décadas. Los objetivos de este II Congreso son articular la formación académico-profesional de los participantes latinoamericanos con los procesos comunitarios en los que estén insertos; brindar conocimientos gerontológicos innovadores; y generar un espacio de reflexión continua y de intercambio sobre la cuestión del envejecimiento y la vejez en el ámbito comunitario e institucional.
«Nunca imaginamos que íbamos a ser tantos, y esto también marca que la gerontología comienza a importar cada vez a más personas», indicó por su parte Mónica Roqué, titular de la Dirección Nacional de Adultos Mayores-Dinapam, que dependen de la Senaf, y uno de los pilares de la organización del congreso. Roqué agradeció la concurrencia y reafirmó la importancia de diversidad de voces para la construcción de una nueva mirada sobre el envejecimiento: «No importa el lugar, puede ser la academia, el territorio, la casa del adulto que cuidamos, el centro de jubilados, necesitamos de todos».
El otro pilar de la organización del congreso es el psicogerontólogo Ricardo Iacub, titular de la cátedra de Tercera edad de la Facultad de Psicología de la UBA, quien señaló que «hablar de gerontología comunitaria implica una lectura sobre la realidad basada en el inclusión y el empoderamiento».
«Nuestra motivación es buscar el bienestar del adulto mayor, su inclusión dentro de la comunidad, que podemos diferenciar en términos teóricos de la sociedad porque decimos que en ésta las personas mayores pueden estar pero sin inclusión. En cambio, cuando hablamos de comunidad pensamos en la construcción de valores comunes», señaló Iacub. «Además -continuó- poner el eje en lo comunitario rompe con la salud como eje de estos encuentros».
Durante la primera ponencia, se expusieron algunos lineamientos de las políticas nacionales para adultos mayores sobre las que el titular de la SENAF estableció dos niveles.
«En términos macro existen desde 2003 políticas como movilidad jubilatoria, la jubilación de amas de casa, pensiones no contributivas, jubilación anticipada, mejoramientos de servicios de PAMI, y otra importante cantidad de acciones que mejoraron objetivamente la vida de las personas mayores», sostuvo Gabriel Lerner, quien al hacer un repaso sobre las acciones de la secretaría que dirige describió programas como el de formación de cuidadores domiciliarios, por el que ya pasaron 30.000 personas, y el de fortalecimiento institucional, que apunta al mejoramiento de los centros de día y de hogares de adultos mayores. También hizo mención a una línea de trabajo de intercambio generacional y el programa «La experiencia cuenta», en el que adultos mayores enseñan sus oficios a otras generaciones.
Fuente: Telam