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Bogotá (Colombia), 17 de julio de 2015. A pesar de los avances en pensiones conseguidos en las últimas dos décadas, la cobertura para adultos mayores no ha superado el 30% en gran parte de los países de América Latina ¿Mejorará el panorama en el futuro?

Según el Banco Mundial (BM) en los últimos 10 años, y gracias a innovadoras reformas en los sistemas de pensiones, América Latina amplió la cobertura pensional a 11 millones de personas mayores de 65 años que antes no tenían acceso de ninguna forma.

Durante la décadas de los 80 y 90 la mayoría de los sistemas de pensiones en la región fueron objeto de reformas destinadas a mejorar su sostenibilidad financiera. Sin embargo, fue en los años recientes cuando se le comenzó a dar mayor importancia a la inclusión y cobertura gracias a la expansión de las pensiones no contributivas o la flexibilización de los requisitos de acceso a los sistemas tradicionales.

En el informe “Más allá de las pensiones contributivas: catorce experiencias en América Latina” (2013) se explica que en la última década se ayudó a 1 de cada 3 personas mayores de 65 años sin cobertura a acceder a ella.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) conforme la expectativa de vida aumente, también lo hará la tasa de desentendencia de los adultos mayores. En el año 2010 había 10 adultos mayores por cada 100 adultos en edad activa y se espera que para 2100 la cifra aumente a 50.

El principal objetivo es evitar que la creciente población de adultos mayores caiga en la pobreza. La esperanza de vida en la región era en 1950 de 52 años. Para 2010 de 74 años y se espera que en 2100 supere los 85 años.

Contribución y Cobertura

El alto grado de informalidad en los países de la región ha sido el principal obstáculo de los sistemas de pensiones para incluir a la mayor parte de la población debido al fuerte carácter contributivo de los sistemas desde mitad del siglo XX.

En toda América Latina el promedio de contribución al sistema de pensiones como porcentaje de la población económicamente activa (PEA) es de 42% en la última década.

Sin embargo, este resultado es muy heterogéneo por países. En 2010, Mientras que en países como Chile y Uruguay los cotizantes superaban el 60% de la PEA, en Bolivia, Paraguay y Perú no supera el 30%. Colombia mantenia a cerca del 37% de la PEA. En Promedio la región, en las últimas dos décadas, sólo logró aumentar en 5 puntos la participación.

Y esto en sistemas predominantemente cotizantes afecta en gran medida la cobertura. No es de extrañar que en los países con bajas tasas de cotización se encuentre también los de menor cobertura para los adultos mayores. Sin embargo, varios países han adoptado programas de coberturas no contributivas y han logrado aumentar de una manera significativa el apoyo a las poblaciones mayores de 65 años.

Es evidente que a Colombia aun le queda mucho camino por recorrer, especialmente cuando sólo cubre al 20% de la población total de adultos mayores. Argentina, con el sistema cotizante, tiene una cobertura de casi el 90%. Caso complejo el de Bolivia que tiene uno de los porcentajes más bajos de contribuyentes gracias a las reformas a favor de los sistemas no contributivos (NC) para cubrír cerca del 89% de los adultos mayores.

Grandes desafíos siguen vigentes

El porcentaje de adultos mayores de 65 años que vivían en hogares pobres en 2006, antes y después de las transferencias por concepto de pensiones, presentaba resultados muy dispares en los países de la zona. En Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, que tienen una amplia cobertura, los resultados de las pensiones para combatir la pobreza en la población de adultos mayores son evidentes.

Por otro lado, el impacto del sistema de pensiones en países como México, El Salvador, Perú, Ecuador y Paraguay era bajo, debido a la casi nula cobertura de los adultos mayores más pobres. En promedio para la región en 2014, el porcentaje de adultos mayores de 65 años en situación de pobreza era del 20,1%, en tanto dicho porcentaje se elevaría al 35,8% sin la existencia de programas de pensiones.

En un informe del Banco Mundial en 2014 los países de Latinoamérica llevan a cabo diferentes estrategias para alcanzar el objetivo de mayor inclusión. Países como Bolivia y Trinidad y Tobago otorgaron una pensión a la totalidad de adultos mayores independientemente de si trabajaban o no. En Argentina, Brasil, y Chile se le apuesta por darle pensión a aquellos que no la tenían en el pasado.

Colombia, Costa Rica, Ecuador y México están otorgando pensiones sociales como mecanismo para reducir la pobreza y la asistencia social enfocándose en la población más vulnerable. A pesar de que se han hecho notables avances, es necesario desarrollar mejores políticas destinadas por un lado a reducir la informalidad en la zona, el principal problema de la cobertura pensional.

Fuente: Dinero

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