Bogotá (Colombia), 10 de septiembre de 2015. El Índice Global de Envejecimiento 2015 (Global AgeWatch Index 2015, elaborado por HelpAge International), que clasifica a 96 países de todo el mundo según el bienestar social y económico de los adultos mayores, ubicó a Colombia en el lugar 36, dieciséis puestos por encima del obtenido en la misma clasificación del año pasado.
Su análisis, que evalúa cuatro variables principales (salud, seguridad en ingresos, entornos favorables y capacidades), toma datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud, Unesco, la Organización Internacional del Trabajo y Gallup.
De acuerdo con el informe de HelpAge, divulgado ayer, Suiza, Noruega y Suecia encabezan el escalafón porque sus políticas reflejan fuertes disposiciones sociales y económicas para los ciudadanos de edad avanzada. En contraste, los países peor ubicados son Afganistán, Malawi y Mozambique.
En dicha medición los adultos mayores colombianos presentan la mayor expectativa de vida por encima de los 60 años en la región (75 años), y la quinta en el mundo, después de Japón, Mónaco, España y Francia. De hecho, las personas que alcanzan esa edad tienen la posibilidad de vivir, en promedio, 16,5 años saludables más.
Estos buenos resultados podrían deberse, según el informe, a la alta afiliación de las personas mayores pobres al régimen subsidiado de salud.
Así mismo, la salud mental del adulto mayor en Colombia es considerada positiva, teniendo en cuenta que el 98 % de las personas mayores de 50 años sienten que su vida tiene sentido.
“Las personas de edad avanzada dicen que se sienten mejor ahora que durante el período más severo del conflicto armado, a finales de 1990 y principios del 2000 (…). La posibilidad real de alcanzar un acuerdo con las FARC hace que personas mayores en zonas afectadas por el conflicto se sientan más seguras”, sostiene el informe.
La investigación también reconoce el hecho de que el país haya aprobado en el 2013 una ley de salud mental. Señala, no obstante, que las investigaciones hechas en el país y en Perú indican que el 8,5 % de las personas de mayor edad tienen demencia, y que muchas de ellas siguen sin ser diagnosticadas o adecuadamente tratadas.
Los autores de la investigación también reconocieron que, a pesar de la cobertura, el acceso efectivo al sistema de salud sigue siendo difícil para las personas mayores, especialmente para aquellas que viven en áreas rurales remotas y en las zonas afectadas por el conflicto.
“Debido a que el costo de los medicamentos es muy alto en Colombia, se tiene acceso a los genéricos disponibles en el régimen subsidiado, que son de menor calidad. El suministro de servicios médicos en las zonas rurales es escaso y el personal no es el más entrenado”, advierte el informe.
Aumentaron los centros para esa población
En cuanto a los ambientes aptos para el adulto mayor, Colombia ocupó el puesto 42. El informe menciona la Política Nacional sobre el Envejecimiento y la Edad, que promueve la creación de “ambientes y entornos saludables” para este segmento de la población, y destaca el hecho de que permitió el aumento de los centros de día para mayores, que tienen impacto directo en su bienestar. El reparo en este punto es que estos centros no existen en las zonas afectadas por el conflicto armado, donde las personas de edad son las más vulnerables. Los adultos mayores, dice la investigación, conviven en la mayoría de los casos con su familia, aunque por el conflicto muchos han sufrido el desplazamiento.
Los investigadores cuestionaron la seguridad para el adulto mayor en las ciudades, que les pone límites, por ejemplo, para movilizarse en transporte público, como ocurre con el TransMilenio, en Bogotá.
Los mayores de 65 años, sin empleo o mal pagados
En el informe se advierte que solo el 30,9 % de las personas mayores de 65 años en Colombia reciben una pensión.
Reconoce, sin embargo, que el subsidio monetario a los adultos mayores que no cotizaron a una pensión ha contribuido a reducir la tasa de pobreza en un 2,1 %, y la de pobreza extrema en un 1 %.
Los autores del informe señalan que para este grupo de la población, trabajar para conseguir ingresos no es fácil. De hecho, la tasa de informalidad laboral se ubica en el 85 %, las ofertas laborales se concentran, principalmente, en actividades de bajos ingresos, como la agricultura o el comercio minorista, y los asalariados son tan solo una quinta parte del total de esta población. Dicha precariedad laboral también estaría relacionada con los bajos niveles de escolaridad. Según el estudio, el promedio de años de escolaridad de las personas mayores es de 5,1 años, mientras que el del resto de la población es de 9,4 %.
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Fuente: El Tiempo