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Buenos Aires, 23 de diciembre de 2012. Cada vez más, los adultos mayores salen del ámbito privado para ocupar universidades, centros culturales y espacios públicos, mientras cientos de nuevos profesionales se forman para atender bajo este paradigma de «envejecimiento activo».

«Venimos de una sociedad en la que el control por edad era mucho más estricto. Hoy hay un borramiento de estas diferencias; por ejemplo, la ropa es casi la misma para niños, adultos y mayores», explicó el psicogerontólogo Ricardo Iacub. «Esto implica la eliminación de estos controles. Fijate que si vos vas a un centro de jubilados las personas mayores están en posiciones que antes eran atribuibles a los jóvenes, bailan, cantan, se divierten».

Según el especialista, profesor de cátedras sobre tercera edad en las facultades de psicología de las universidades de Mar del Plata y de Buenos Aires, «los adultos mayores ven un cambio pero no terminan de asimilar lo revolucionario de esa transformación, la modificación del paradigma de la que son protagonistas».

«Y es en este sentido que tomamos el concepto de `uniage`, que implica la pérdida de patrones definidos por edad, y que es análogo al cambio del `unisex`, que surgió cuando se visibilizó que el mundo iba hacia una igualdad de género», explicó.

Según el Censo 2010, existen en Argentina 5.725.838 mayores de 60 años, lo que convierte al país en uno de los más envejecidos de la región. De ellos sólo el 1,5 % vive en residencias de larga estadía, vulgarmente conocidos como geriátricos.

«Este dato de adultos institucionalizados es interesante porque es muy bajo en relación a lo que está presente en el imaginario -señaló Iacub-. Cuando uno pregunta en clase: `¿Qué porcentaje de mayores creen que viven en residencias de larga estadía?`, los alumnos responden cifras cercanas al 50%».

Conforme a este nuevo paradigma, desde la Dirección Nacional Para Adultos Mayores (DINAPAM), organismo que depende del Ministerio de Desarrollo Social, se realizó en noviembre de este año por primera vez una encuesta sobre la calidad de vida de las personas mayores.

«La importancia de este trabajo, que es algo novedoso no solo en el país sino en toda América Latina, es que es la primera vez que una encuesta se aproxima a problemáticas tales como abuso y maltrato, sexualidad y satisfacción vital», indicó Mónica Roqué, responsable de DINAPAM.

Roqué, médica especialista en la temática, advirtió que “conocer mejor las necesidades y la autopercepción que los mayores tienen es indispensable porque se trata de un colectivo heterogéneo ya que no hay nada que una persona de más de 60 años `deba` hacer, es decir, un adulto mayor debe poder hacer lo que quiere, no es como un chico que tiene que ir a la escuela, por ejemplo”«Por lo tanto -añadió- esta información servirá para profundizar las políticas de fortalecimiento del rol del adulto mayor en nuestra sociedad».

Además, también se realizó por primera vez un relevamiento de las condiciones de vida en hogares de adultos mayores de todo el país.

Otro hecho que sucedió este año, que es un indicador acerca de cómo se van derribando prejuicios, es el convenio que la DINAPAM firmó con ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina) mediante la cual se capacitó a miembros de este colectivo como cuidadores domiciliarios de mayores.

La formación de profesionales que atiendan a este nuevo paradigma de envejecimiento es otro de los temas que se fortaleció en 2012, en el que se ha dado un aumento de los alumnos en las especialidades gerontológicas, a la vez que se sumaron más estudiantes al posgrado en Gerontología que la DINAPAM ofrece junto a la Universidad de Mar del Plata en todo el país.

Además, en el ámbito académico se destacaron durante 2012 las Jornadas de Envejecimiento LGBTTTI (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgénero e intersexuales), donde se debatieron las particularidades de este colectivo y las Jornadas de Envejecimiento Productivo, un nuevo concepto que se está trabajando en el ámbito gerontológico.

También se llevó a cabo el Congreso Nacional de Gerontología Comunitaria e Institucional en Termas de Río Hondo (Santiago del Estero), donde se actualizaron y capacitaron unas 1.500 personas de todo el país que trabajan con y para personas mayores.

Finalmente, Argentina siguió liderando los procesos de elaboración de una convención para adultos mayores tanto en el ámbito de las Naciones Unidas como de la Organización de Estados Americanos, donde ya se elaboraron los primeros diez puntos del documento. «Lograr la sanción de una convención es importante porque se trata de una herramienta jurídicamente vinculante, esto implica que los países que suscriben tienen la obligación de cumplir con lo que establece el documento, porque de lo contrario pueden ser sancionados», explicó Roqué.

Fuente: TELAM

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