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Santiago de Chile, 26 de septiembre de 2012. Cristian Miranda Una de las principales conclusiones que permitió extraer la reciente encuesta Casen es que Chile está envejeciendo. El país cuenta con 2.638.000 mayores de 60 años, es decir 1 millón 300 mil más que en el año 1990.

Que la gente esté viviendo más años es un motivo de orgullo nacional, porque es un indicador de la mejora de la salud en el país. Sin embargo, esta tendencia positiva se acompaña de retos especiales para los años venideros.

En el ámbito previsional, los desafíos para las autoridades están en enfrentar el envejecimiento de la población y el aumento de  las expectativas de vida, factores que inciden directamente en los cálculos de pensión. El subsecretario del ramo ya ha expresado su preocupación, pues, así las cosas,  ya no es seguro que las personas que hayan trabajado y cotizado toda una vida tengan una jubilación garantizada, especialmente aquellos que recibieron menores ingresos. Por ello la autoridad ha anunciado que dentro de poco se presentarán al presidente algunas propuestas tendientes a  incentivar el ahorro.

También la Superintendencia de Pensiones se muestra preocupada y por ello está estudiando una normativa que, en principio, comenzaría a regir a partir del 1 de enero de 2013 y que va a poner un límite a los retiros que pueden realizar en un año calendario los usuarios del APV (Ahorro Previsional Voluntario).

Recientemente la consultora Mercer Chile dio a conocer la primera Encuesta de Planes de Retiro que se realiza en Chile, cuyo objetivo era relevar la prevalencia de programas de pensiones o ahorro colectivo, adicional a lo que establece el sistema obligatorio de AFP.

El estudio, en donde se encuestó a 83 empresas de diversos tamaños y rubros, permitió detectar que sólo el 14% de las empresas chilenas ofrece beneficios previsionales para sus empleados.

Sin embargo, esta situación podría cambiar, porque el 61% de las empresas comenta que tiene interés en implementar un programa o plan de retiro para su personal. Asimismo, 37% de los encuestados indica que la razón principal por la cual no otorgan beneficios previsionales es por falta de incentivos, subsidios o beneficios tributarios. Sólo el 12% afirma que no están dispuestos a efectuar aportes para mejorar la pensión de sus trabajadores.

La mitad de las empresas (52%) considera que, para que los planes de APVC sean otorgados como un beneficio para los empleados, es necesario contar con mayores incentivos económicos y/o tributarios.

Finalmente, cuando se les preguntó por qué los empleados no ahorran para la jubilación, el 50% de las empresas respondió que el motivo principal es la falta de cultura de ahorro previsional. El 27% respondió que no les alcanza para ahorrar.

A la luz de estos resultados, parece ser entonces que la implementación de planes de retiro en las empresas, contando con mayores incentivos económicos y/ o tributarios, podría ser una de las  soluciones  para enfrentar el problema. Es necesario también fomentar la cultura del ahorro, convenciendo a los jóvenes de que la mejor manera de asegurar que tras jubilarse tendrán ingresos suficientes para vivir, es mediante una planificación financiera a temprana edad.

El problema existe y, hasta ahora, hemos hecho muy poco para solucionarlo. Es un desafío que exige que el gobierno, las empresas y trabajadores trabajen de manera conjunta y que destinen sus esfuerzos en minimizar los riesgos y costos que implica tener una población envejecida y pocos ahorros previsionales.

Fuente: América Económica

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