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Ciudad de México, 28 de enero de 2014. México envejece. Los datos indican que en las próximas cuatro décadas la población de personas mayores de 65 años en el país se triplicará, con los consecuentes retos y disyuntivas que esta realidad implicará para las políticas públicas.

De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Población, en el año 2010 había 7 millones de personas mayores de 65 años. Para el año 2013 esa cifra se ha incrementado en más de 700 mil.

Uno de los rasgos de este proceso es la “sobremortalidad masculina”, pues después de los 65 años los hombres fallecen a edades más tempranas que las mujeres. Este fenómeno llevará a que en 2020, de los 9.77 millones de adultos mayores que habrá aproximadamente al cierre de ese año, 5.32 millones serán mujeres y 4.44 millones serán hombres. Para el año 2050 la brecha entre mujeres y hombres se habrá ensanchado aún más, pues mientras que en 2010 el peso de las mujeres en la población de 65 años y más era de 54%, para el año 2050 será de poco más de 57%.

Debe destacarse que, en términos absolutos, las proyecciones son, cuanto menos, elocuentes: para el año 2030 la cifra de personas adultas mayores llegará a 13.85 millones, en 2040 serán 18.9 millones, mientras que en 2050 estaremos ante una realidad de 23.13 millones mayores de 65.

Vejez y pobreza

Debe decirse que las personas mayores de 65 años viven condiciones adversas. Según los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social-CONEVAL, entre los años 2010 y 2012 la proporción de personas en situación de pobreza no varió. Sin embargo, y debido al incremento en números absolutos de las personas adultas mayores, la cifra pasó de 3.6 millones en condiciones de pobreza, a 4 millones de personas en esa situación.

Asimismo, es de hacerse notar que este grupo de población es uno de los que presenta mayores proporciones de retraso educativo. Así, los datos oficiales revelan que en 2012 el 63,15 % de los mayores de 65 años se encontraban en condición de retraso educativo, es decir, no habían logrado concluir aún los estudios de educación secundaria.

Asimismo, el 36% de esta población, es decir, uno de cada cuatro, carecía en 2012 de servicios de seguridad social, lo que supone 2.3 millones de adultos mayores, cien mil más en esa condición que las registradas en la medición de dos años atrás.

Debe decirse también que entre esta población únicamente el 19% del total fue identificada como no pobre y no vulnerable, es decir, con acceso a los niveles mínimos de bienestar considerados por el CONEVAL. Esto significa que de los poco más de 7 millones de personas en ese segmento de edad, habría únicamente 1.6 millones que no son pobres o que no enfrentan ninguna de las vulnerabilidades.

Pocos años de vida saludable

De acuerdo con la información oficial, el proceso de envejecimiento de la población está acompañado de nuevas tendencias de morbilidad y mortalidad, que determinan una importante reducción en la cantidad de los años de vida saludable de las personas. Es decir, a pesar de que vivimos cada vez más años, éstos transcurren en medio de mayores dificultades y problemas de salud.

Desde esta perspectiva es importante señalar, en primer término, que las personas que tienen más de 65 años enferman principalmente de padecimientos que atacan las vulnerabilidades que se generan vinculadas a la edad. Por ejemplo, de acuerdo con los Anuarios de Morbilidad de la Secretaría de Salud, en 2011 hubo 1.24 millones de casos de enfermedades respiratorias agudas para las personas en el grupo de edad señalado. Esto significa una incidencia de 18.762 casos por cada 100 mil habitantes en el grupo de edad. Esto significa que prácticamente una de cada cinco personas adultas mayores adquirió una enfermedad respiratoria aguda en el año señalado. La segunda causa de enfermedad son las infecciones de vías urinarias y las infecciones intestinales.

Las tendencias de mortalidad

Las personas mayores de 65 años concentran el 53.7% de la carga total de la mortalidad del país. Esto significa que de cada 100 decesos que se registran en México 54 ocurren en personas que habían cumplido los 65 años o más. A pesar de este promedio, hay grupos de enfermedad en los que las personas mayores de 65 años concentran los más altos niveles de mortalidad, particularmente en los grupos de enfermedades crónico degenerativas, además del caso de los accidentes, concentrados fundamentalmente en los rubros de las “caídas” y el de “atropellamiento de peatón”. En este contexto, el mayor peso de la mortalidad de las personas adultas mayores se encuentra en las enfermedades del aparato circulatorio. En segundo lugar se encuentran las enfermedades metabólicas, endocrinas y nutricionales. A éstas le siguen los tumores, las enfermedades del sistema respiratorio y finalmente las del aparato digestivo.

Fuente: Excelsior

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