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San José de Costa Rica, 31 de marzo de 2014. Costa Rica cada vez es más vieja. Eso ya lo sabemos desde hace un tiempo. Los más recientes datos lo confirman. De igual manera aumentan los efectos sobre las finanzas o la salud del país. Ante esto, los expertos llaman la atención de que es urgente y necesario tomar acciones para cuando el llamado bono demográfico acabe y los adultos mayores representen más de uno de cada diez habitantes.

Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) avisó que la tendencia se mantiene. La tasa global de fecundidad en el 2013 fue de 1,76 hijos por mujer, la cual está por debajo del nivel de remplazo, que es de 2,1 hijos. Significa una disminución de 2012, año que fue de 1,86. Esto representa una disminución de 5,3%.

Desde la década de 1980, el país cuenta con el llamado bono demográfico, una bonanza en la cual la cantidad de ciudadanos en edades dependientes (menores de 15 y mayores de 65 años) disminuía, mientras aumentaba la de los costarricenses en edad activa (entre 15 y 64 años). Si esto se aprovecha, se tiene mayor productividad. Pero ahora va en reversa y el bono se acabará en el 2022.

La investigadora del Programa Estado de la Nación, Natalia Morales menciona que los adultos mayores representarán el 15% de la población para el periodo 2030-35 y en el 2050 serán una cuarta parte. Morales recuerda que repercutirá en el sistema de pensiones, de salud, atención en centros de cuido.

La economista alerta que se deben tomar previsiones, pues ahora no se discute ni se toman acciones. Aunque estamos a la vuelta de que el bono se revierta, aún habría un espacio. Morales cree que el cambio demográfico causa menos niños en primaria, lo que abre una ventana para mejorar la calidad de la educación, ante la disminución de demanda.

Fuente: Crhoy

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