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Ciudad de México, 16 de octubre de 2015. El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores-INAPAM propone que para proporcionar una atención digna y para prevenir el maltrato en las personas adultas mayores es necesario que el personal que las atiende en los diversos centros gerontológicos participe en programas de educación continua.

Esa fue una de las conclusiones que presento el doctor Sergio Salvador Valdés y Rojas, director de Atención Geriátrica del INAPAM, durante el foro Derechos Humanos de las Personas Adultas Mayores, Avances, Retos y Perspectivas.

El Dr. Valdés señaló que el INAPAM tiene 2330 unidades gerontológicas registradas en todo el país; 627 albergues, 1170 clubes, 313 residencias, y 220 comedores, entre otros establecimientos que atienden a personas adultas mayores.

Sin embargo –añadió–, hay centros de atención para personas mayores que son “pirata”, es decir, no se registran en las instituciones oficiales, debido a las obligaciones y responsabilidades que contraen. En este sentido añadió que el Inapam y otras instituciones trabajan con el Sistema Nacional DIF en la elaboración del Estándar de Competencia, denominado Atención a personas adultas mayores en establecimientos de asistencia social permanente o temporal. 

Recordó que la Dirección a su cargo es la institución encargada de elaborar, coordinar y supervisar el directorio y registro nacional de los centros gerontológicos, e informar a las autoridades sobre irregularidades que identifique durante las visitas de supervisión que realiza cotidianamente. También es el área responsable de acreditar y certificar el funcionamiento y capacitación del personal de esos centros, y denunciar la violación a las disposiciones, como resultado de la inspección, supervisión y vigilancia.

La norma que rige la prestación de servicios a adultos y adultos mayores en situación de riesgo y vulnerabilidad (NOM 031–SSA3–2012) incluye las siguientes dimensiones: alojamiento, alimentación, vestido, actividades de trabajo social, atención médica, atención psicológica, apoyo jurídico, actividades de autocuidado y prevención.

El procedimiento para supervisar y evaluar estos establecimientos consiste en elaborar un diagnóstico sobre la calidad de servicio que se proporciona y, en caso necesario, proporcionar asesoría y apoyo en capacitación para un correcto funcionamiento que redunde en la calidad de la atención que se brinda. Esto incluye, formato de visita y perfil de instituciones de atención a adultos mayores, inventario de características de organización y funcionamiento, inventario de características físicas y arquitectónicas.

Fuente: INAPAM 

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