Ginebra (Suiza), 29 de enero de 2015. En una importante nueva serie sobre salud y envejecimiento publicada enla revista The Lancet se advierte que, a menos que los sistemas de salud encuentren estrategias efectivas para abordar los problemas de una población mundial en proceso de envejecimiento, la creciente carga de enfermedades crónicas afectará enormemente a la calidad de vida de las personas mayores.
Puesto que en todo el mundo se vive más tiempo, el aumento de las patologías crónicas y la reducción del bienestar están destinados a ser un destacado reto mundial de salud pública.
El aumento de la longevidad, especialmente en los países de ingresos altos, se debe en gran medida al descenso en el número de muertes por enfermedades cardiovasculares (accidentes cerebrovasculares y cardiopatías isquémicas) gracias, sobre todo, a estrategias sencillas para reducir el consumo del tabaco y la hipertensión arterial y a la mayor cobertura y eficacia de las intervenciones sanitarias.
Ahora bien, aunque se vive más tiempo, no se goza necesariamente de mejor salud que antes: casi una cuarta parte (23%) de la carga mundial general de mortalidad y morbilidad se registra en los mayores de 60 años y mucha de esa carga puede atribuirse a enfermedades de larga duración como el cáncer, las afecciones respiratorias crónicas, las cardiopatías, los males osteomusculares (la artritis y la osteoporosis) y los trastornos mentales y neurológicos.
Complicaciones
Esa prolongada carga de morbilidad y reducción del bienestar afecta a los pacientes, sus familias, los sistemas de salud y las economías, y está previsto que esto se incremente. Por ejemplo, según las últimas estimaciones, se espera que el número de personas con demencia aumente de los 44 millones de la actualidad a los 135 millones para 2050.
“Serán necesarias reformas profundas y fundamentales en los sistemas de salud y atención social”, comenta John Beard, director del Departamento de Envejecimiento y Ciclo de Vida de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Debemos tener cuidado para que las reformas no acentúen las desigualdades, que son la causa de gran parte de la mala salud y las limitaciones funcionales que vemos en las personas mayores. Aunque algunas de las intervenciones podrán aplicarse universalmente, será fundamental que los países vigilen la salud y el modo de vivir de las poblaciones que envejecen para poder entender las tendencias de salud y confeccionar programas que satisfagan las necesidades específicas determinadas”, añade Ties Boerma, director del Departamento de Estadística e Informática Sanitarias de la OMS.
Estrategia
Se propone cambiar las normativas a fin de alentar a los adultos mayores a formar parte de la fuerza de trabajo durante más tiempo (por ejemplo, eliminando las trabas fiscales por trabajar después de la edad de jubilación)
Asimismo, se debe insistir más en medidas de bajo costo, como la prevención y detección temprana de patologías, que en el tratamiento (reduciendo la ingesta de sal y aumentando el número de vacunaciones…).
También se recomienda hacer un mejor uso de la tecnología (clínicas móviles para las poblaciones rurales…) y formar al personal de salud en las terapias de múltiples afecciones crónicas.
Lo que debe saber
La responsabilidad de mejorar la calidad de vida de las personas mayores de todo el mundo no recae solo en el sector de la salud.
Se necesitan estrategias para prevenir y gestionar mejor las afecciones crónicas extendiendo la atención de salud asequible a todos los adultos mayores y teniendo en cuenta el entorno físico y social.
De aquí al año 2050 la cantidad de ancianos que no pueden valerse por sí mismos se multiplicará por cuatro en los países en desarrollo.
Algunos datos
- En todo el mundo sigue aumentando la esperanza de vida de las personas mayores.
- En 2020, por primera vez en la historia, los mayores de 60 años superarán en número a los menores de 5 años.
- Para 2050 se espera que la población mundial de más de 60 años llegue a los 2.000 millones. Será un aumento considerable frente a los 841 millones de la actualidad.
- El 80% de estas personas mayores vivirán en países de ingresos bajos y medianos.
Fuente: La hora