Es preciso ver a los mayores como un recurso, no como un problema

Ciudad de México, 15 de julio de 2014. La doctora en ciencias políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México-UNAM, Verónica Montes de Oca, ha advertido que para hacer frente a las consecuencias del envejecimiento poblacional México necesita establecer condiciones políticas e institucionales. En este sentido, los datos del Consejo Nacional de la Población-CONAPO indican que la esperanza de vida seguirá incrementándose en las próximas décadas.

La coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez  de la UNAM aseguró que se debe sensibilizar de manera permanente a los tomadores de decisiones, porque no consideran este aspecto prospectivo y están más enfocados en planear cómo distribuir y obtener ganancias de los recursos naturales.

La Universidad Nacional puede aportar a este rubro con investigaciones y asesoría a organismos que lo soliciten. Esta casa de estudios prevalece como una institución que busca soluciones y tiene un gran compromiso social, agregó la integrante del Instituto de Investigaciones Sociales.

Las situaciones derivadas del envejecimiento no sólo se solucionarán con paliativos económicos, “debemos articular al tejido social y ser conscientes, desde los pequeños hasta los viejos, que debemos actuar de manera más comprometida con la colectividad y con este grupo poblacional”. En ese sentido Montes de Oca reconoció que en el país es necesario preparar recursos humanos básicos, técnicos y especializados.

“Tenemos que formar cuadros en distintas disciplinas, no sólo médicos: trabajadores sociales, sociólogos, demógrafos, antropólogos y gerontólogos, que desde los niveles más básicos atiendan a este segmento, que no sólo es vulnerable, pues también constituye un capital de talento y la gente tiene derecho a envejecer con dignidad”.

Hay que ver a este sector como un recurso de desarrollo y no como un problema, reiteró. Debemos reconfigurar los aspectos estigmatizados y discriminatorios que hay con respecto a la política negativa del envejecimiento. Por ejemplo, en las ciudades no somos amables con los adultos mayores, no creamos espacios de inclusión, al contrario, nuestra infraestructura es excluyente y discriminatoria. “Los entornos que analizan los geógrafos son poco sociables y adecuados para ellos”.

Fuente: Mi Morelia

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