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Bogotá (Colombia), 3 de octubre de 2013. Siete de cada diez personas jóvenes colombianos que viven en el campo no hacen nada para mantenerse económicamente en la vejez. Este es uno de los datos que pone sobre la mesa el informe «Radiografía de los mayores de 60 años en el campo colombiano» que la Fundación Saldarriaga Concha hizo público el pasado día 1 con motivo de la celebración del Día Internacional de las Personas Mayores.

Lina González Ballesteros, psiquiatra y consultora de vejez y envejecimiento de la Fundación, explica que en el país «hay una cultura en la cual la cotización de pensiones está ligada a la perspectiva de ‘algo saldrá’. Cuando somos jóvenes y somos activos laboralmente, estamos tranquilos porque sentimos que el tiempo no va a pasar y, por lo tanto, no hacemos proyecciones».

La experta añade que en Colombia hay poca educación respecto al envejecimiento y la vejez. «La población de adultos mayores no es visible y no somos conscientes de que somos un país que está envejeciendo cada vez más, pero no lo vemos como una realidad».

La Fundación Saldarriaga Concha lleva 40 años desarrollando iniciativas para mejorar las condiciones de vida y favorecer las oportunidades de participación e inclusión social de las personas con discapacidad y de las personas mayores del país.

Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística-Dane, en Colombia hay 4.628.394 personas mayores de 60 años (10 % de la población), de las cuales 1.088.000 viven en el campo. La expectativa de vida está alrededor de los 74 años. Este porcentaje, sin embargo, podría aumentar al 12 % en los próximos siete años. «En este momento, la población laboralmente activa es mayor a la que no lo es. Pero a partir del 2020, el 12 % de la personas van a ser mayores de 60 años -acota González-. La población laboralmente activa no va a ser suficiente para mantener a la población dependiente».

La situación es preocupante, dado que el porcentaje de adultos mayores que tienen acceso a una pensión es mínimo: 26,3 % en las áreas urbanas y solo el 5,6 % en las zonas rurales. Como consecuencia, las personas mayores de 60 años dependen económicamente de sus familias.

De acuerdo con Hugo López, gerente regional del Banco de la República en Medellín e investigador en temas de economía laboral, «con familias de 3,8 integrantes y con 1,5 generando ingresos de 0,73 salarios mínimos legales por persona, con los cuales además de sostenerse a sí mismos deben sostener a 2,3 personas más de sus familias, si todo sigue como va, el Estado colombiano tendrá a su cargo el sostenimiento de una masa muy considerable de personas, en particular rurales, que no tomaron ninguna previsión para su vejez».

López agrega que «esta situación es una alerta para que desde cada territorio se incrementen acciones en pro de la calidad de las personas mayores y se fortalezcan acciones dirigidas a un mejor proceso de envejecimiento, sobre todo de quienes habitan en zonas rurales».

Por su parte, Lina González asegura que es necesario que «los entes territoriales desarrollen la Política Nacional de Vejez y Envejecimiento, educar a las personas mayores respecto a sus derechos y programas que existen para esta población, y mejorar el aseguramiento y acceso a los servicios de salud, sobre todo en las zonas rurales».

Fuente: Fundación Saldarriaga Concha

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