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La Paz, 15 de octubre de 2012. Las mujeres adultas mayores han sido excluidas del sistema político por «viejas». Pero aún así participan en el área urbana dentro de sus juntas vecinales y en el área rural como promotoras de salud, en juntas escolares, en organizaciones de mujeres y clubes de madres, según un estudio realizado por iniciativa de la organización HelpAge. El contexto muestra que «las mujeres adultas mayores aún no gozan de estatus como sujetos políticos». 

Una de las investigadoras, María del Carmen Sánchez, explicó que existen estereotipos para los adultos mayores en un contexto de «disputa fuerte por el poder» con los adultos jóvenes en distintos espacios de representación de la sociedad civil. Así se llega a una marginalidad de la presencia política en espacios de representación y a una exclusión de demandas específicas dentro de una agenda política general.

«Las grandes dificultades estructurales para el ejercicio de los derechos de las mujeres adultas mayores se dan por varias razones; una es la negación en conjunto, del Estado, instituciones, sociedad civil, del prestigio a las adultas mayores, de su reconocimiento social; un segundo aspecto es el fomento, desde el Estado, sociedad civil y sus organizaciones, de estereotipos vinculados a la vejez, como un estado de deterioro, etapa final de la vida y disminución física de capacidades que las inhabilita una posibilidad de un ejercicio ciudadano», añadió.

Las mujeres adultas mayores tienen espacios en los que están presentes, aunque de manera mínima: los partidos políticos que las incorporan por su capacidad de convocatoria; las organizaciones sociales en las que participan mayoritariamente como bases; y los sindicatos donde su participación se reduce a una vocalía o en labores de cocina durante los congresos o encuentros. En este último caso se entiende, dice la investigación, que «ellas ya han cumplido con la comunidad y por tanto, merecen descansar”.

Las vulneraciones como el abuso, maltrato y la expropiación patrimonial son comunes contra los adultos mayores. Pero contra las mujeres adultas mayores los impactos suelen ser más fuertes. Los derechos de ejercer la ciudadanía comienzan a ser recortados a partir del acceso a la documentación de identidad (10% no está registrada en el padrón electoral y un tercio tienen observaciones en sus certificados de nacimiento). 

Con todo, las mujeres adultas mayores que ejercen una participación política lo hacen de manera reducida a nivel local en sus organizaciones matrices, a nivel de las ciudades existe alta participación en juntas vecinales (como presidentas) y concentradas en acciones colectivas para el mejoramiento de servicios básicos y de sus barrios. Este dato, según la investigadora, muestra «cómo los temas de la vida cotidiana, en un sentido, están siendo desplazados a la responsabilidad de las mujeres en estos espacios locales, (en los que ellas) ya tienen una participación importante en la reproducción cotidiana de la vida”.

El estudio aborda en todo su desarrollo una reflexión y análisis acerca de cómo se construye un sujeto político, cuál es el régimen de ciudadanía que explica la participación política de los adultos mayores, cuáles son las manifestaciones y expresiones de participación política de las mujeres, cuál es la dinámica de esa participación política y qué dilemas enfrentan las mujeres en esta interacción.

Fuente: www.jornadanet.com

 

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