Los mayores españoles trasladan sus inquietudes al parlamento europeo

Madrid (España), 10 de febrero de 2014. Ante la proximidad de las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán el próximo mes de mayo, los representantes de la eurocámara han querido reunirse con uno de los grupos de población con mayor peso demográfico dentro del continente: las personas mayores. El 30 de enero se celebró un Encuentro-Debate entre representantes de las personas mayores de España y algunos eurodiputados para poner en común cuáles son las principales preocupaciones de ambas partes.

La primera intervención fue la del vicepresidente del Consejo Estatal de Personas Mayores, Luis Martín Pindado, quien preguntó a los políticos si sería posible crear un Consejo Europeo de Mayores que estuviese formado por miembros de los Consejos Estatales. De este modo, dijo, “este organismo sería el encargado de defender los derechos de los mayores, sobre todo el derecho a una vida digna en una Europa cada día más vieja”. Además, Pintado propuso la creación de una tarjeta comunitaria para los mayores “con beneficios y descuentos en cualquier país de la Unión. No en vano, los mayores viajamos cada día más, lo cual incide en el fomento del consumo y contribuye al crecimiento de la economía”, afirmó.

Los eurodiputados Francisco Sosa Wagner y Verónica Lope Fontagné estuvieron de acuerdo en que la propuesta del Consejo comunitario “es una fórmula a tener en cuenta”. Lope Fontagné añadió que “el Consejo Europeo de Mayores es una idea factible que incluso podría formar parte de los grupos de presión”. Con respecto a la tarjeta común para los mayores, los políticos señalaron que Europa ya cuenta con algunas iniciativas que fomentan la movilidad y el ocio entre los mayores, como es el caso del programa Erasmus Plus.

Juan Antonio Sánchez Espino, representante de la Comisión de Pensionistas de  CCOO, quiso saber si “el Parlamento Europeo se encuentra legitimado para desarrollar una normativa para personas con falta de autonomía común a los países de la Unión”, similar a la Ley de Dependencia aprobada en España en 2007. Los responsables políticos presentes en este encuentro se comprometieron a tener en cuenta esa consideración, sin olvidar que estas leyes asistenciales son responsabilidad de las administraciones nacionales o/y regionales.

Félix Villar, presidente de Sección Unidad Progresista Pensionistas Once (SUPPO), quiso saber, “qué acciones se llevan a cabo para interrelacionar a los mayores de los distintos países europeos, en un momento en el que se fomenta la participación de los mayores en la vida pública». Los europarlamentarios aseguraron que existen varios proyectos que trabajan en este sentido, como el Programa Horizonte 2020, “desde donde se invierte gran cantidad de dinero en investigar algunos de los factores que afectan a los mayores”. Lope Fontagné, se comprometió a fomentar estas relaciones “y para ello hemos de utilizar fondos estructurales. Es necesario en una Europa donde el 17 % de la población tiene más de 50 años. Y donde se espera que ese porcentaje se incremente hasta el 30 % para el año 2050”, dijo. Por su parte Samper apuntó que el programa Turismo Senior ya apuesta por la movilidad y la interrelación de los mayores de 55 años en la Unión Europea.

Javier Iriarte, del Consejo Aragonés de Personas Mayores, hizo hincapié en la necesidad de que la tarjeta sanitaria comunitaria, que ya existe, incluya más datos. “Por ejemplo, debería incluir la historia clínica del usuario, así como sus necesidades médicas más notorias”, dijo.

José Campos Viguri, representante de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), preguntó a los eurodiputados si se piensa incrementar la partida dedicada al fomento del uso de las nuevas tecnologías por parte de los mayores, sobre todo “para aquellos que viven solos y que encuentran en la tecnología una herramienta útil en su vida diaria”. Lope Fontagné aseguró que “dentro del Fondo Social Europeo se prevé presentar proyectos que fomenten el uso de las nuevas tecnologías entre los mayores que viven solos, y también entre aquellos mayores que pierden su trabajo y necesitar una formación específica para reincorporarse al mercado laboral”. En este sentido se manifestó Sosa Wagner, quien afirmó que las nuevas tecnologías pueden y deben servir también para crear empleo.

Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares, interpeló a los asistentes para reflexionar sobre el apoyo que necesitan “aquellas mujeres que durante toda su vida se han dedicado a proporcionar bienestar a sus familias y cuando llegan a los 65 años están en una situación difícil porque no han cotizado lo suficiente y no son jubiladas”, dijo. Lope Fontagné confirmó que había que buscar una solución para estas mujeres “y también hay que luchar contra la discriminación por edad a la hora de buscar o perder un empleo, ya que hay una realidad injusta, que es la de la persona que a los 55 años se ve obligada a jubilarse, porque a esa edad aun le queda mucho que aportar a la sociedad”.

Mayor conocimiento y mayor participación

Francisco Menéndez García, representante de UGT en el Consejo Estatal de Personas Mayores, alzó la voz para compartir la sensación que tienen los mayores asturianos, según una encuesta realizada por su organización, con respecto a la política europea. “Nosotros constatamos que los mayores tienen la impresión de que durante cuatro años son prescindibles y sólo necesarios en una ocasión en ese tiempo: cuando hay elecciones”. Esto refleja, tal y como aseguró, el total desconocimiento que existe de las instituciones europeas. El ex-presidente del Parlamento Europeo, José María Gil Robles, le recordó que el periodo electoral es el momento de actuar. “Es la gran oportunidad de participar en ese proyecto común”. Algo que apostilló la eurodiputada afirmando que “si bien es cierto que existe ese gran desconocimiento, necesitamos de esa participación para poder actuar”.

En esa misma línea, la secretaria general de la Unión Democrática de Pensionistas-UDP, Margarita García, lanzó una pregunta clara, intentando comprender si el peso demográfico de este grupo de población se correspondía con su representación: “¿Cuántos mayores de 65 años forman parte del Parlamento Europeo? ¿Qué lugar ocupan en las listas de los distintos grupos para las próximas elecciones?»

Los eurodiputados aseguraron que el 18 % de los componentes del Parlamento Europeo tienen menos de 35 años, mientras que un total de 180 eurodiputados tienen entre 65 y 86 años. La edad media es de 54 años.

Fuente: Balance de la Dependencia

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