Skip to main content

La Paz (Bolivia), 15 de junio de 2015. De acuerdo con los datos del Censo de Población y Vivienda del año 2012 en Bolivia hay una población adulta mayor cercana a los 900 mil habitantes, la misma que para el 2025 ascenderá a cerca de un 1.200.000 personas. Esta situación obliga, por un lado, a tener en cuenta que el envejecimiento de la población es inevitable y por otro, que es necesario preparar adecuadamente a todos quienes están involucrados directa o indirectamente (gobiernos nacional, departamental y municipal, entidades de la sociedad civil y del sector privado, comunidades y familias) para el creciente número de adultos mayores.

Según datos del Defensor del Pueblo presentados en el documento Estado de situación de los Centros de Orientación Socio-legal (COSLAM) del 2015, los casos atendidos en 29 oficinas ubicadas en diversos municipios de Bolivia, referentes al maltrato familiar o institucional, al despojo de bienes y al abuso contra las personas adultas mayores el 52%  de los casos tienen lugar en el medio rural y el  48% restante corresponde al área urbana.

Elizabeth Calizaya, responsable del Programa Adulto Mayor de la Pastoral Social Caritas Boliviana, indicó que el lema «Mis derechos de hoy, serán tus derechos de mañana» busca concienciar a la población sobre una situación a la que todos llegaremos y señala «que si bien estos días son clave para llamar la atención de la opinión pública, es necesario determinar una agenda de reflexión permanente sobre el estado de situación de esta población, la normativa que la favorece, y  principalmente acerca de los temas pendientes que aún se deben encarar para mejorar la cobertura y calidad de la atención en los centros de salud y la protección social«.

En el COSLAM-La Paz se atiende de 4 a 5 casos diarios de saneamiento de documentación y de 5 a 6 casos diarios de maltrato proveniente de la familia, instituciones y de la sociedad. Es imperante que cada persona aprenda a envejecer, asimismo es necesario adaptar a las sociedades a un mundo en proceso de envejecimiento, se evidencia que se acostumbra a valorar más a la juventud y, por tanto, las personas adultas mayores son relegadas a segundo plano, sin consideración del aporte significativo que dieron y siguen aportando para el desarrollo del país.

Fuente: Correo del Sur

Leave a Reply