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Ciudad de México, 4 de agosto de 2014. La ciudad de México es la entidad del país con el mayor porcentaje de personas adultas mayores de 60 años. Son 1,1 millones y de esta cifra 13% —unos 149 mil— viven solos por necesidad y pocos por decisión propia.

Ana Luisa Gamble Sánchez Gavito, coordinadora de Gerontología del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores-IAMM del Distrito Federal, habla de ello y explica que la tendencia a vivir solos surge en su mayoría a partir de 2002, según una encuesta realizada en el área.

El porcentaje ha aumentado durante los últimos 12 años. Ahora el 13% de esta población vive sola y son más mujeres que hombres. La mayoría de ellos habitan en casa propia y muy pocos rentan, aunque algunos hijos olvidan que los dueños del domicilio son los padres, al exigirles financiamiento para sobrellevar el hogar.

Sánchez Gavito asegura que a los adultos mayores, al vivir solos, sin la compañía de alguien, les da la libertad de vivir como quieren, quizá por primera vez en su vida.

La delegación Benito Juárez es la que encabeza el mayor número de ancianos solos. Le sigue la delegación Cuauhtémoc, particularmente en la colonia San Rafael.

El IAAM refiere que 15% de las personas de más de 60 años habitan en casas o departamentos.

“Hemos detectado que las zonas entre más cercanas estén al centro, tienden a ser más viejas y por ende hay más adultos mayores. Milpa Alta, Tláhuac, Cuajimalpa, Iztapalapa y Xochimilco registran casi una cuarta parte de la población menor de 15 años”, señala Ana Gamble.

Muchos de los ancianos que radican en la capital son originarios de otros estados, como Morelos, Estado de México, Hidalgo, Michoacán, Yucatán, Nuevo León y Chihuahua.

En los próximos seis años, el índice de envejecimiento de la población que habita el Distrito Federal será mayor. Según proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo) habrá 108 personas mayores de 60 años por cada 100 niños.

Los adultos mayores consideran que vivir de manera independiente no significa estar solos ni abandonados; otros admiten que a pesar de estar en contacto con su familia, no los incluyen ni los consideran para la toma de decisiones, lo que para ellos, sí es estar en soledad.

La coordinadora de Gerontología sostiene que quienes viven lejos de la familia son personas que gozan de independencia, sobre todo las mujeres, quienes tienden a relacionarse más con hijos, amigos o acuden a grupos sociales. Todo lo contrario a los hombres, quienes se aíslan más y generalmente se deprimen.

Los hijos, bajo el argumento de que respetan su independencia, provocan que los adultos mayores tiendan a caer en el abandono, pues ya no los buscan ni los ayudan. También hay quienes son presa de la violencia.

Estudios gerontológicos del IAAM revelan que los ancianos siempre tratan de sobrellevar el abuso, se quedan callados y ya cuando las cosas salen de sus manos es cuando piden apoyo.

El Gobierno del DF ha encontrado que los hombres mayores son más débiles para vivir sin compañía.

“Emocionalmente hay una fortaleza en las mujeres, ya no quieren volver a lavar, planchar, ahora están libres”, advierte Sánchez Gavito.

Según Ana Gamble, se ha perdido el respeto por los ancianos, desprecio que se refleja en el pavor que da envejecer.

“En el DF luchamos contra esa cultura, hemos sido cuestionados por el programa de la Pensión Alimentaria, pero a final ésta puso a los ancianos en un escenario de respeto e independencia».

Fuente: El Universal

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