Ciudad de México, 18 de noviembre de 2013. Por Marcos Romero. Los ancianos son cada vez con mayor frecuencia e intensidad víctimas de malos tratos físicos y verbales, despojos y abusos por parte de su propia familia, pero también de personas ajenas, en un contexto de envejecimiento gradual de la población mexicana.
Las personas mayores, eufemísticamente llamadas por organismos gubernamentales como «adultos en plenitud», sufren también abandono, robo de su dinero y actitudes de desprecio que merman su autoestima y acentúan su vulnerabilidad, de acuerdo con especialistas y autoridades.
Actualmente suman 10,6 millones de ancianos en el país (9% de la población total), pero se calcula que para 2050 se triplicará la cifra de personas de más de 60 años, por lo que uno de cada cuatro mexicanos estará en esta categoría, aseguran fuentes oficiales.
Según el último censo, del total de población en edad avanzada 7 millones viven en la pobreza y 800.000 en la miseria, Actualmente, a pesar de que el país envejece cada vez más hay tan sólo 350 geriatras, por lo que abundan personas con una preparación inadecuada y pese a ello se dedican a atender a los ancianos, como enfermeras o trabajadores sociales.
Una encuesta del Colegio de México, una de las instituciones de estudios superiores con más reputación del país, levantada en 2009 en el Distrito Federal, arrojó que los ancianos reciben malos tratos sobre todo de los hijos (36%), seguidos de la pareja (11%), los nietos (10%) y personas ajenas (17,4%).
Verónica Rodríguez, especialista en abandono y violencia, afirmó que entre los cinco tipos de maltrato detectados, el más común es el psicológico, que se deriva de la relación conflictiva que los adultos tienen con los familiares. «Tiene que ver con problemas de comunicación o que los ancianos antes maltrataron a sus hijos, lo cual se torna más difícil una vez que ya no aporta dinero a la familia o ayuda en la casa», explicó.
Para atender este problema, el gobierno de la capital creó la Fiscalía para la Atención de Personas Adultas Mayores, que en los últimos dos años ha recibido 8.000 denuncias por maltrato, reveló la secretaria de Desarrollo Social Icela Rodríguez. «Hay adultos mayores que son víctimas de violencia familiar, esa problemática existe y no la vamos a negar; a veces hay maltrato, desidia por parte de la familia. Hay personas que son maltratadas, que son abusadas, a veces en la propia familia, por desgracia», afirmó.
El gobierno de la ciudad estableció una línea telefónica de denuncia o de ayuda psicológica que funciona las 24 horas y es manejada por el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública. En esta «hot line» se cuenta con expertos y abogados para temas como abandono, soledad, orientación legal y quejas, e incluso las educadoras del programa realizan visitas a domicilio. «Cuando una educadora toca a la puerta busca ver si el adulto mayor o la adulta mayor no está golpeada, no está lastimada, no está abandonada», afirmó.
El maltrato creciente de los ancianos ha llevado a otros estados del país a legislar para protegerlos. Por ejemplo, en septiembre del 2011 el Congreso del estado occidental de Jalisco aprobó la Ley del Adulto Mayor, que sanciona a «quienes abandonen, humillen o maltraten» a integrantes de este sector de la población. La normativa contempla que los familiares que no compartan alimentación y cuidados con sus ancianos podrán ser sancionados con una amonestación verbal, o incluso con el pago de una multa que oscila entre los 30 a 180 días de salario mínimo (entre 100 y 1.000 dólares). Además, está prevista la figura del arresto administrativo, que puede extenderse hasta por 36 horas, según la gravedad del daño causado.
Fuente: Ansa Latina