Montevideo (Uruguay), 29 de enero de 2016. Una investigación realizada en Argentina por el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de la Fundación UADE, y que entrevistó a 1.008 personas mayores de 16 años, determinó que 43% de los argentinos en edad de trabajar colabora económicamente con sus padres, algo que se incrementa en los segmentos socioeconómicos más bajos. El estudio, publicado en diciembre de 2015 por el diario La Nación, surgió a partir de una realidad que Argentina comparte con Uruguay, y que refiere al envejecimiento de su población y al cuidado de los padres mayores y abuelos.
Según el Reporte 2015 de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), en Uruguay hay cerca de medio millón de personas mayores de 65 años y se estima que para el 2040 esa franja etárea supere a la de entre cero y 14 años.
«El principal determinante del envejecimiento por edades es la caída de la natalidad», afirmó a El Observador el demógrafo Juan José Calvo, quien además agregó que otro factor influyente en el aumento de la vejez en el país es el mantenimiento que tienen las personas mayores y su calidad de vida. «Ahora las personas tiene esperanzas de vida más prolongadas que en el pasado«, dijo.
Las mismas estadísticas oficiales elaboradas a partir del Censo 2011 y el resto del trabajo de encuestas a la población, muestran que en Uruguay, en los hogares llamados intergeneracionales –conformados por al menos un adulto mayor de 65 años y personas menores que él– los adultos mayores aportan en promedio 46,5% de los ingresos. Esa proporción crece cuando el tamaño promedio del hogar es menor.
En 2011 un total de 468 mil personas constituían el 13% de la población uruguaya considerada adulta mayor, mientras que los jóvenes menores de 14 años eran 656.086.
Calvo aseguró que el continuo envejecimiento de la población se da hace más de medio siglo y va a seguir aumentando en cuanto la tasa de natalidad siga siendo baja ya que «permite anticipar que el país va en un nivel de envejecimiento poblacional«.
Natalidad versus mortalidad
Según estadísticas del Banco Mundial, la tasa de natalidad estimada en Uruguay en 2013 era de 14 nacidos cada 1.000 personas, un 2,2%. La salud reproductiva, la mejora de la economía del hogar y rutinas laborales son causas detrás de un bajo nivel de nacimientos.
Por lo cual, la tendencia a prolongar la vida de los adultos mayores, consecuencia de una mejor calidad de vida, hace que «las personas se acostumbren a conocer no solo a sus abuelos o a sus bisabuelos, incluso en algunos casos a sus tatarabuelos y eso implica desafíos en cómo la familia se organiza. El rol de los adultos mayores, cómo coexisten«.
En consecuencia, muchos hogares deciden trasladar a sus familiares mayores a los residenciales, los cuales se ocupan de cuidar su salud de una manera más personalizada.
Calvo entiende que las diferentes atenciones que recibe un adulto mayor en los residenciales «van más allá del ámbito económico» y son «una de las cirugías más importantes desde el punto de vista del rediseño de un sistema de seguridad social«.
Hoy en día casi tres de cada 10 hogares (29,6%) están conformados por al menos un adulto mayor y son 60 cada 100 jóvenes menores de 15 años, lo cual constituye un índice de envejecimiento alto en el país. Los datos oficiales también muestran que la quinta parte de los adultos mayores viven solos.
Calvo agregó que Uruguay es un país que tiene una «estructura envejecida de la población, que es producto del avance de su transición demográfica«.
Eso quiere decir que en comparación con el resto de la región y con países más desarrollados «particularmente los de Europa Occidental», el país «descendió su tasa bruta de mortalidad y su tasa bruta de natalidad«.
«No hay que mirar al envejecimiento como algo malo, es casi una consecuencia de un mayor grado de desarrollo«, concluye Calvo.
Juan José Calvo, demógrafo
¿Cómo evalúa el envejecimiento de la población uruguaya?
El envejecimiento es el producto de algo bueno, de un mayor ejercicio de los derechos. Eso significa que hemos logrado ganar sobre la mortalidad y tenemos un comportamiento más adecuado a lo que nosotros deseamos en términos de la fecundidad. Es casi como una consecuencia de un mayor grado de desarrollo. No hay que mirar al envejecimiento como algo malo. Lo que sí ocurre es que el envejecimiento genera desafíos importantes en muchos sentidos.
¿Cuáles son esos desafíos?
Desde el punto de vista económico hay tres desafíos principales. Uno que es muy evidente, tiene que ver con el mantenimiento del sistema de la seguridad social. Particularmente lo que tiene que ver con el sistema de jubilaciones y pensiones. Porque en la medida que tenemos más dependientes adultos mayores por cantidad de trabajadores esto requiere un mayor aporte por parte de los mismos para mantener a los primeros. Un segundo desafío de tipo económico tiene que ver con el mantenimiento del sistema nacional de salud porque el gasto en salud de los adultos mayores es significativamente más alto que los restantes grupos de edades y en la medida que tenemos más adultos mayores, esto implica necesariamente una presión en los recursos destinados a la salud en forma importante. El tercer desafío que tiene una característica importante desde el punto de vista financiero es el mantenimiento o establecimiento de un Sistema Nacional de Cuidados, que es una etapa que está en este momento Uruguay comenzando a transitar.
¿Qué importancia le asigna al Sistema de Cuidados para el caso de la vejez?
Es una de las cirugías más importantes desde el punto de vista del rediseño de un sistema de seguridad social. Transforma en algo necesario desde el punto de vista de la equidad la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados en la medida en que la población de los adultos mayores se incrementa sustantivamente. Después, por supuesto que hay otra serie de desafíos que no son menos importantes, pero que no tienen expresiones financieras o monetarias tampoco. Por ejemplo: ¿Cuál es el rol que ocupan los adultos mayores en una sociedad que es cada vez más diversa desde el punto de vista generacional? Ahora en las familias coexisten un conjunto de generaciones que nunca antes coexistieron. Las personas se acostumbran a conocer no solo a sus abuelos o a sus bisabuelos, o incluso en algunos casos a sus tatarabuelos y eso implica desafíos en cómo la familia se organiza. Cuál es el rol de los adultos mayores, cómo coexisten. Después hay cuestiones que no son tanto del ámbito privado sino del ámbito público, por ejemplo el uso de los espacios públicos, la valoración social que se le da a los adultos mayores, el cuidado de sus derechos. Sus derechos sexuales que prácticamente es un hecho que muchas veces se transita como tabú, como una dificultad para tratarse públicamente. Esto no son solo consecuencias desde el punto de vista económico, sino hay otras que son incluso más relevantes que las anteriores.
¿Cree que es un deber de parte de un hijo ayudar económicamente a su padre adulto mayor?
Es un derecho de toda persona el ser cuidado, particularmente adultos mayores. Eso implica que el derecho no debe depender justamente de las capacidades individuales que tenga la familia. Debe estar garantizado por el Estado. De ahí la necesidad de una sociedad que envejece al grado que envejece la sociedad uruguaya a que se implemente un sistema nacional de cuidados porque de no ser así se produce una inequidad fundamental. Solamente acceden a sistemas de cuidados de calidad quien su situación peculiar se lo permita, lo cual es totalmente inequitativo.
Fuente: El Observador