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Berlín (Alemania), 25 de septiembre de 2014. Un nuevo estudio, cuyas conclusiones se publican en la última edición de la revista Plos One, plantea que el envejecimiento de la población y el consiguiente cambio de composición de la sociedad, puede llegar a tener muchos efectos positivos.

«Con el fin de dar una imagen más completa del envejecimiento de la población, es necesario incluir tanto efectos positivos como negativos del envejecimiento de la población«, afirma el investigador del Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA), en Austria, Elke Loichinger, quien escribió el artículo en colaboración con investigadores del Instituto Max Planck (Alemania), y la Universidad de Washington (EEUU).

En todo el mundo, las personas están viviendo más tiempo y tienen menos hijos, lo que lleva a una población que es más vieja, en promedio, que en el pasado. La esperanza de vida media en los países desarrollados ha aumentado a un ritmo de tres meses al año y la fertilidad ha caído por debajo de la tasa de reemplazo en la mayoría de Europa y en otros países desarrollados.

El debate académico de esta tendencia se ha centrado hasta ahora en los posibles problemas que crea, incluyendo desafíos para los sistemas de pensiones, el crecimiento económico y los costes sanitarios. Los investigadores de este trabajo decidieron usar Alemania debido a que el país se encuentra en una etapa avanzada de la transición demográfica, con una tasa de fertilidad actual de alrededor de 1,4 y por ser la segunda población más antigua en promedio en el mundo (con edad media 44,3 años).

Los científicos identificaron cinco áreas en las que el envejecimiento de la población podría traer beneficios netos, cuando se considera en combinación con otros factores demográficos. La primera consiste en un aumento de la productividad: aunque el envejecimiento de la población probablemente conducirá a una disminución de la fuerza de trabajo, los esperados incrementos en los niveles de educación de los trabajadores pueden compensar en parte este descenso a través de una mayor productividad.

El envejecimiento de los ciudadanos puede ser bueno para el medio ambiente, puesto que los cambios en la estructura de edad y un declive en el tamaño de la población están asociados con la reducción del consumo de productos de alto consumo energético y la disminución de las emisiones de dióxido de carbono.

Además, puede promover que se comparta la riqueza con las generaciones más jóvenes. A medida que aumenta la esperanza de vida, la gente hereda, en promedio, a edades más avanzadas y, potencialmente, utiliza parte de la herencia bien para financiar su jubilación o ayudar a sus hijos económicamente conforme se convierten en adultos. Por otra parte, ya que las familias tienen menos hijos, la herencia se divide entre un menor número de personas, por lo que, manteniéndose todo lo demás constante, los individuos recibirían más.

Saludables durante más tiempo

En cuanto a la salud, como las personas viven más tiempo, también se mantienen saludables durante más años. Los resultados estiman que el hombre medio alemán en 2050 permanecerá un 80 % de su tiempo de vida con buena salud, en comparación con el 63 % de la actualidad. Asimismo, la relación entre el ocio, el trabajo y las tareas del hogar cambiará en el futuro, siendo cada vez mayor el tiempo de ocio.

Aunque el estudio se centró en Alemania, los investigadores dicen que los hallazgos son aplicables a muchas sociedades que envejecen. «El contexto particular de otro país determinará el grado de su importancia. Por ejemplo, un aumento en los niveles de formación se puede encontrar en casi todo el mundo y el hallazgo de que las personas mayores tienen una mejor salud tiene también se ha demostrado en otros contextos. Dependiendo del escenario de un país en el proceso de transición demográfica, los resultados sobre las herencias y las emisiones de CO2 también son generalizables», asegura Loichinger.

El estudio proporciona una nueva perspectiva en un momento en el que el envejecimiento de la población se está extendiendo a muchos países de todo el mundo. «El grado de envejecimiento de la población que está sucediendo y que se espera está más allá de lo que nunca se ha observado antes. Ya no existe un precedente de este desarrollo y no hay ningún plan sobre cómo lidiar con ello», concluye Loichinger.

Fuente: La Voz de Galicia

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